Parte 11

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Llegamos a la casa y me senté en el sillón, puse mis manos sobre mis rodillas mientras mis palmas tocaban mis mejillas. Todo ya estaba... bien.

— ¿Rose, estás bien? — Cris me miró.

—Creo que yo debería de preguntarte eso a ti — me levante del sillón y fui con él

—Son solo nudillos — dijo quitándoles importancia —además es lo que siempre hago — me abrazó y yo rodeé su enorme cuerpo con mis brazos — ya está, todo está resuelto — me dio un suave beso sobre mi cabello.

—Cris — miré hacia arriba para poder mirarlo a la cara — tú siempre dices que, qué harías sin mí — sus bellos ojos azules me miraban con un cierto brillo... diferente — pero la verdadera pregunta es ¿Qué haría yo sin ti?

—Nos morimos Rose, nos necesitamos — me dio una cálida sonrisa.

***

—Perra, ¡muévete!— gritó Andy gritándole al televisor —Aghh, ¡por qué no corres!

—Amor, es una película — dijo Thomas mirándola.

—Thomas, es que no corre.

Cris le lanzó un puño de palomitas —Porque tiene un puto cuchillo en la pierna.

—Agh, pin pon sobras — dijo ella lanzándole otro puño.

—Ah ¿estamos en la primaria?

Thomas y yo nos miramos e ignorándolos, seguimos viendo la película.

— ¿Por qué?, ¿lo dices por el pene pequeño?

Cris entrecerró los ojos —Como que tú estás muy obsesionada con mi pene.

Andrea hizo cara de asco —No gracias, no como porquerías. Y menos pequeñas.

Cris se rio asintiendo —Aja — y volvió a mirar la película.

Y así pasó una semana.

La nueva colección de ropa fue lanzada y... ¡era todo un éxito!

— ¡Rose!—gritó Andy entrando a mi oficina poniendo muchas revistas sobre mi escritorio — ¡están hablando de nuestra ropa!

— ¿En serio? — tomé una de las revistas y así era.

— ¡Somos famosas!— nos abrazamos felices.

Nuestra marca cada vez iba creciendo más y se iba hablando más de ella en el mundo de la moda. Hasta el punto donde una prestigiosa revista nos pidió ropa para sus modelos.

—Necesitamos más costureras — dijo Finch, él era el encargado de eso.

—También más materiales, las nuevas telas están por acabarse. Y acabo de ver unos colores que serían perfectos para este encargo — comentó otra chica.

Asentí y miré a Andy. Ella se levantó de la silla —Necesitamos trabajar duro. Rose y yo nos quedaremos horas extras a hacer los nuevos trajes.

—Hay algunos detalles sobre los vestidos con holanes que debo corregir — dije mostrándolos en la pantalla — tenemos que tenerlos listos antes del sábado equipo.

Y mi semana estuvo llena de trabajo, pero cada segundo valía la pena.

El sábado llegó y todos los trajes que habían pedido ya habían sido llevados.

—Rose, me duelen mis manitas — dijo Andy mostrándomelas.

Le mostré las mías —Estamos igual.

Un auto negro llegó al estacionamiento —Bueno, tengo que irme guapa — me dio un beso en la mejilla para después agarrarme una nalga — ¡adiós mi amor!— se despidió subiendo al auto con Thomas.

Viviendo con mi mejor amigo (Roomie 1)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora