Me llamo Rose, tengo 21 años, no tengo hermanos y vivo con mi mejor amigo Cris, nos conocemos hace 15 años, nos conocimos en el jardín de niños y nos hicimos mejores amigos, el trabaja en un bar, vivimos en nuestra casa. Cris es el típico chico que...
Cris me dijo que me vistiera de lo más casual ya que no era nada formal.
Decidí ponerme una blusa color vino con unos jeans negros rasgados y Converse color vino, pero como buena señora nueva que soy, tomé una chaqueta de cuero por si hacia frío. Me até el pelo en una coleta, decidí no ponerme mucho maquillaje, solo un poco de mascara de pestañas con un poco de hidratante y salí del baño yendo hacia la camioneta.
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Cris y yo subimos a la camioneta, él condujo sin decirme a dónde íbamos, mientras yo miraba los letreros para darme una idea pero nada.
— ¿Cris a donde me llevas? — pregunté mirándolo.
— Es una sorpresa — dijo sonriéndome para luego volver a mirar hacia la carretera.
Y así siguió conduciendo. Iba distraída mirando por la ventana cuando algo me llamó la atención. Miré hacia enfrente y vi una rueda de la fortuna.
— ¿Me vas a llevar a una feria? — dije muy, pero muy emocionada con una sonrisa extremadamente grande.
— Claro que sí señorita — puso una mano sobre mi muslo. La miré, y luego lo vi a él, mi corazón empezó a palpitar fuertemente.
— Eres el mejor — dije en un susurro, eso fue la único que pude hacer con la fuerza que me quedó.
La verdad era que nuca había ido a una feria, lo se era una maldita anti social. Me concentraba mucho en mis estudios y no quería desaprovechar el tiempo en ese tipo de coas que para mí, se me hacían una perdida de tiempo. Pero que ahora noto, era muy importante.
Cris aparcó la camioneta y yo estaba muy ansiosa y emocionada por entra ahí. Así que bajamos enseguida.
— Bueno Rose, hay que divertirnos — dijo mirándome mientras atravesábamos la entrada.
Comenzamos a caminar por la feria, y ahí salió mi niña interna.Quería subirme a todos los juegos posibles, las tacitas de té, los carros chocones, la montaña rusa aunque vomite en ese ultimo vomite, pero bueno, errores técnicos.También fui al juego de pegarle al topo. Todo para mí era demasiado increíble.
Cris me había comprado un algodón de azúcar y yo lo iba comiendo mientras caminábamos entre la gente.
— Me la estoy pasando increíble — dije mientras arrancaba pequeños cachitos del algodón llevándolos a mi boca.
— Que bueno, sé que nunca habías venido a una feria por ser tan aburridistica — reí empujándolo levemente — ¿ya te he dicho que eres la persona más violenta que conozco?
— Creo que sí, pero la ultima vez que lo dijiste, te golpeé tanto que no lo volviste a hacer — me acabé el dulce tirando el palito al bote de basura — gracias, nunca gane un peluche ni nada de eso.
— Entonces, ¿qué esperamos?, ven vamos por tu peluche.
Me tomó de la mano llevándome hasta un puesto donde tenías que derribar las botellas para ganarte un peluche, le pagó al señor para intentarlo.
