—Suficiente charla.—Susurro avanzado con movimientos violentos hacia él, sus guardias se interponen pero logró evadirlos con fuertes llamaradas.

Así la pelea comenzó, sus guardias me daban suficiente pelea pero necesitan callar a Long Feng. Puse mi ojos sobre él, estaba escapando juntamente con Aang y Jet pisándole los talones.  Salimos de la sala y entramos a un par de corredores, no podía perderles el rastro.  Ninguno de los tres se ha dado cuenta de mi presencia, veo como Long Feng intenta negociar con Aang pero este niega.

—Jet, el rey te ha invitado al lago Laogai.

Las pupilas de Jet se comienza a dilatar, enfurece y se echa encima de Aang. Long observa mientras se aleja.  Cuando está a punto de escapar, logró bloquear la puerta con un fuerte golpe que cubre la puerta con fuego, este se detiene.

—Debí haberte prestado más atención, error mío.

—Tu único error fue meterte con nosotros.

—Dime, ¿Qué interés tienes en el chico azabache?

—No es asunto tuyo.

Ambos comenzamos a pelear, admito que el sujeto me da buena pelea pero me niego a dejarlo ir. Villanos como él siempre caerán.

Un puño de rocas aprisionan mi pierna pierdo el equilibrio pero aún lanzó golpes como puedo. Otra puño se une a mi mano derecha.

—Es una lástima. Tienes mucho potencial.

Las piedras terminan por cubrirme aplastando mi pecho. No respiró, comienzo a perder la paciencia. Siento la presión arracandome gemidos de dolor.

Una explosión y todo se vuelve gris.

Salgo volando tosiendo, consigo levantar la vista. Veo el humor disperso por todos lados, no logro encontrar a Aang y Jet menos a Long Feng. Logró ver una silueta, es un hombre jóven, va enfundado en un traje negro con dos espadas colgando de su espalda. Se gira, me mira y yo a él.

—El espíritu azúl.

La máscara tiene una sonrisa traviesa, puedo sentir el deja vu. Él corre lejos, sigo tumbada en el suelo hasta que los gritos de Katara me distraen, le levantó y corró a buscarlos.

—Tranquila, Katara. Estaré bien.

Observo la escena, Jet está tumbado con un golpe serio en la cabeza. Sus amigos están a ambos costados mientras Katara está arrodillada tratando de sanarlo.

—Vayanse, tienen que encontrar a Appa. —El chico alto, quien creía que era mudo, saca una flecha listo para cualquier inconveniente.

Sokka consigue arrastrar a Katara, corremos hacia la celda de Appa. Toph me niega con la cabeza, él no estará bien.

—¿Qué fue lo que pasó?

—Long Feng atacó a Jet.

—¿Dónde estabas? 

—Yo fui detrás de ellos pero Long Feng me atrapó en una prisión de piedra.

—Debió haber sido duro.

La pelinegra no me respondió más, llegamos a la celda pero no encontramos nada más que mechones de pelo y cadenas rotas. Aang estaba devastado, todo había sido para nada, inclusive la herida de Jet. Seguramente se lo habían llevado.

—Quizás los alcancemos. Debemos subir, Aang.

—No lo sé, Ari. Ellos son más rápido.

—Aunque no vayamos por Appa tenemos que irnos ya.

Toph nos lanza en una plataforma para no perder tiempo, en un abrir y cerrar de ojos ya estamos en la superficie solo para vernos rodeados por Long Feng y los agentes Dai Li.
Todos estamos apunto de atacar, no rompemos el contacto con los hombres, Katara en especial tiene en la mira a Long Feng. Ahora veo que lo le pasó a Jet le afecto.

Momo se ve de repente en el cielo, sólo para que Appa venga y llegué a través de una de las dos paredes que los Dai Li hicieron  lanzandolos al lago mientras que a Long Feng lo atrapa en entre sus dientes y Toph y Aang aprovechan esta oportunidad para sacar el resto de Dai Li en media pared y arrojarlos al lago.

Corro hacia Appa al ver las intenciones de hacerle daño. Tomo el puño de Long comienzo a subir la temperatura.

—Ahora sé a quién visitas. El príncipe Zuko y el general Iroh. Al parecer no soy el único con doble cara.

—Te lo llevarás al fondo del lago.

Appa lo lanza con fuerza hacia el cuerpo de agua.

Los chicos feliz se acercaron a Appa para abrazarlo, en especial Aang. Mantuve mi distancia, aquél hombre era hábil y astuto, sería un problema si logra salir del lago.

Regresamos a casa, heridos, cansados.  Todos parecen celebrar la victoria. Han sido tantas cosas que no he tenido tiempo de detenerme a pensar en lo que ocurrió con Sokka.  Me tumbo en mi habitación con la rejilla a medio abrir, observándolo.
Sokka es apuesto, es simpático, es noble pero no puedo distraerme con esas cosas, estamos en guerra y es el peor momento para pensar en el amor.

Cierro la rejilla, tomó algunas piezas de ropa ligera y suelto mi cabello. Al alzar mis brazos siento un dolor en el costado izquierdo,  termino por levantar mi blusa.

—Ari, los chicos iremos a cenar no...

Él no se mueve, sus ojos parecen a punto de salir. El rubor tan rojo como mi cabello cubre su cara.

—¿Qué no te enseñaron a tocar?.—Grito echa una furia.

Él cierra la puerta.

—Lo siento, Ari.

Silencio. Termino de cambiarme pero me quedo a pocos pasos de la puerta.

—Te hicieron daño.

—Nada fuera de lo normal, Sokka.

—Deberías dejar que te curé.

Después de cinco minutos abrí la puerta, él ya estaba listo con algunos vendajes y hunguentos.

—¿Tú estás bien?

—Claro, solo fueron un par de golpes.—Responde con una sonrisa.

Me siento a mitad de la cama, él comienzo a preparar todo.

—Necesito... .—Deja la frase suspendida, de nuevo su rostro se tiñe de un rubor casi adorable.—Levanta tu camisa.

Hago lo que me pide, dejando mi abdomen descubierto. Hay moretones por todos lados la adrenalina me hizo olvidarme de ellos.

Toma hunguento con sus dedos, con delicadeza comienza a huntarlo suavemente como si me fuera a lástima. Estoy expuesta frente a él, me recuerdo para darle más movilidad. Desde ahí puede ver mis cicatrices, las que marcaron mi mundo.

Sus dedos juegan alrededor de ellas, deslizándose con suavidad. No pregunta por ellas, continua con su trabajo.

—Acerca de lo que pasó.

—No tienes que explicarlo.

—Tengo qué.

—Sé que tú quieres a Suki.—Por algún motivo siento amarga la boca al decirlo.

—Si, claro.—Puedo notar como lo dice para sí mismo. No habla más. Termina de venderme y se levanta.

—Sokka.

Lo tomó de sus ropas jalandolo.

—Gracias.

Depósito un beso un mejilla para salir de mi habitación dejando atrás a un chico atónito.
Pienso en qué después de todo podría confiar en él.

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Hola, qué tal le apareció?
En mi cabeza, siento que Kaya es perfecta para darle rostro a Ari si fuera pelirroja.

No se olviden de comentar 💕

Hidden |Zuko| Where stories live. Discover now