Grita.
Por dios, grita.
Haz que te escuchen, que te entiendan, que te ayuden. Dejarlo pasar no es una opción, y que lo hagan los demás menos todavía.
¿Crees que te creerán? ¿Crees que por decir lo que dices pensarán bien de ti? ¿Crees que por solo comer ya estas bien?
Quiero gritar, quiero que me escuchen, quiero que me entiendan, quiero que me ayuden. Engañar a la gente no me hace bien, lo entiendo, pero la parte de mí a la que no debo escuchar está ganando.
Deja el centro, no te hace bien. Si sales en diciembre, podrás adelgazar lo que quieras, incluso comiendo. Tú y yo podemos.
No debería escuchar, no debería. ¿Qué hago? No puedo luchar contra lo que me lleva ventaja, no puedo.
No encuentro apoyo en ningún lugar, porque no quiero apoyo de nadie.
¿De verdad te lo crees? Quiero apoyo, quiero ayuda, pero a mí manera. Quiero salirme con la mía, sin limitaciones, sin reglas.
No quiero preocupar, pero quiero ayuda.
No quiero que me escuchen, pero quiero contarles de todo.
No quiero que me pregunten, pero quiero que se den cuenta.
No quiero morir, pero quiero adelgazar.
Ahí está el problema.
YOU ARE READING
Ramé | @anonymus
RandomRamé: Algo que es caótico pero hermoso al mismo tiempo. Justamente, hermoso no es como se siente el personaje de esta historia.
