VIII: Debilidades y "Adiós primaria"

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11 años

La primera vez que Jeremías sintió como su cuerpo se invadía de aquello conocido como nervios -y no nervios cualquiera, claro que no, nervios de eso que estrujan tu estómago y te hacen sudar la palma de las manos- fue un día viernes a las nueve de la mañana en el auditorio de una escuela el doble de grande que la suya. Bien era sabido que Jeremías era un genio para las matemáticas aunque, al lado de Kai cualquiera lo era -en palabras del mismo Jeremías- pero, enserio muy enserio lo era, tenía una agilidad fantástica para los números y las operaciones mentales eran su especialidad así que el día que anunciaron un concurso de matemáticas entre escuelas un muy alegre e inocente Kai inscribió a su mejor amigo...sin consentimiento previo.

Luego de un par de gritos y tiernas sonrisas de conejo un muy débil -antes esa sonrisa- Jeremías aceptó y allí se encontraba ahora, en la final contra un niño de su misma edad.

-no puedo creer que esté aquí-murmuró, enterrando sus dedos en los rizados cabellos negros-

-eres un genio, no es novedad alguna-contestó un despreocupado Kai-sabía que llegarías a la final

-no quiero salir-Jeremías negó con la cabeza-hay mucha gente allí fuera, Kai. Todo esto es tu culpa y de tu tonta sonr...Todo esto es tu culpa-finalizó levemente sonrojado ante el pensamiento que casi escapa de sus labios sin permiso-

-hey...tranquilo-el mayor se sentó junto a él, acariciando su espalda-te irá genial, como durante toda la competencia. Cuando ganes estaré allí-señaló la entrada al auditorio-esperando a darte un abrazo e invitarte a comer y si no ganas, también lo haré

Ese día Evan Lewis ganó la competencia luego de que Jeremías quedara embobado con la tonta sonrisa de conejo de su amigo y confundiera un 6 con un 9.

🍭🍭🍭

Todos los alumnos se hallaban formados con su uniforme pulcramente limpio y los cabellos peinados, hoy era el día que marcaría una etapa importante para todos ellos, hoy finalizaba su curso y no solo eso, también su etapa de primaria.

Para el paralelo de Jeremías y Kai todo había sido algarabía, fotos, lágrimas y risas que llenaban el elegante ambiente adornado para la ocasión.


La ceremonia transcurrió sin mucho preámbulo, palabras de los directores y maestros, diplomas de graduación, menciones a los mejores estudiantes y reconocimientos a los más destacados en deportes, música o literatura. Pronto estaba por culminar el acto, claro no sin antes las palabras del mejor alumno de la promoción.

Jeremías Danley no era solamente bueno en matemáticas.

Parado frente al micrófono y sus compañeros sintió el miedo recorrerle sin embargo, respiró profundo y dirigió su mirada a ese par de ojos azules tan conocidos que siempre lograban transmitirle una sensación de paz que no lograba explicar.

Tantos años de conocernos, pensaba el rizado.

-esto es extraño-admitió provocando la risa de sus amigos-pero, la maestra insistió en que debía hablar y yo no tengo mucho que decir. Solo espero que sigan estudiando, que un día nos veamos de nuevo, que sean muy felices y jamás pierdan esas amistades que valen más que cualquier diploma o reconocimiento en el mundo

Y nadie debía ser muy inteligente para saber a quién iban dirigidas esas últimas palabras.




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