Daniel y Andrea

3 0 0
                                    

–¡Levántese inmediatamente joven Daniel! ¿Qué cree que esta haciendo? – le dijo Ana a Daniel, era un joven (porque ya no era un niño) un poco mas alto que yo, delgado, de piel oliva, con ojos claros, por la poca luz no sabia distinguir el color, y de cabello castaño claro. Su rostro era como el de un ángel, era realmente muy apuesto para su edad, pero esto no podía esconder el hecho que este pequeño insolente estaba husmeando en mi ropa, y lo peor de todo, en mi ropa interior.

–Vamos Ana, solo estaba curioseando, no es como que este violando o matando a nadie, solo es pura curiosidad. Sabías que con ver la ropa interior de una mujer te dice mucho de ella. –estaba a punto de gritar y dejarle en claro que era un desgraciado y pervertido, pero Ana se acercó a él y lo tomo muy fuerte del brazo y lo levanto de un jalón.

–Me importa un comino ese tipo de información, pídele disculpas a la chica nueva, y regresa a tu habitación inmediatamente – vaya, realmente me sorprendió la forma en que le hablo, pensé que no se podía hacer eso en este tipo de circunstancias, ya saben, eso de que ellos son los patrones y uno solo un sirviente, pero parece que, como todo a lo largo del tiempo, esto había cambiado por completo.

Daniel quito su brazo de la mano de Ana y la miro fijamente, estaba molesto, casi como si la odiara; luego su mirada se dirigió a mí. Sus ojos, esa mirada era intensa, pero sin ninguna emoción en ella. Paso a mi lado muy cerca, realmente era más alto que yo, y más guapo de lo que había alcanzado a ver. En el momento que paso a mi lado se detuvo y me dijo casi como un susurro ­–Eres bastante interesante – y luego soltó una risa, para luego seguir su camino.

Este chico era realmente un insolente y pervertido, un completo idiota. Ana se acercó a mi bastante incomoda por la situación.

–Lo lamento Celeste, no sé qué le sucedió, normalmente no habla mucho y tiende a ser bastante alejado, pero contigo no se que le dio. Seguramente trata de fastidiarte, la verdad es algo que el disfruta hacer mucho, casi no habla, pero siempre anda molestando a los demás. –se acerco a mi – Sin embargo, te pido que tengas paciencia con él, no es un mal chico, solo esta solo. Creo que le afecta mucho que su padre casi no este por aquí, el jefe es un empresario muy renombrado, y si no esta en las oficinas, se la pasa dando conferencias o charlas, por lo que casi no pasa en casa; así que Daniel lo resiente bastante. Pero bien imaginaras que no hay mucho por hacer, a pesar de ser un excelente jefe, no es un padre tan comprometido – se acercó aun más – Esto que quede entre nosotras, pero, casi no ve a sus hijos a pesar de que podría, la pequeña Andrea no se ha dado cuenta, pero Daniel ya es bastante mayor para saber del rechazo que tiene su padre hacia ellos. En fin, es todo un lío por aquí, pero en general – se había vuelto a alejar – es bastante sencillo toda vez que entiendes la dinámica de todo. Ya te expliqué a largos rasgos como funciona todo, pero iras aprendiendo con la marcha. No temas equivocarte, solo trata de no cometer el mismo error dos veces. –y finalizó dándome una gran sonrisa, cosa que me calmo, lo que había sucedido me había alterado bastante.

–Bien – le dije – voy a dar mi mejor esfuerzo, lo prometo. –

Me fui a la cama temprano, Ana ya se había despedido de mi; partía bastante temprano hacia su pueblo, así que ya no la vería. La verdad estaba bastante aterrada de como iba a ser todo, no me sentía ni capaz ni lista para empezar todo al día siguiente, pero estos miedos fueron mermando conforme el sueño me venció, y todo se volvió oscuro.

----------------------------

Estaba en una habitación oscura, aunque a lo lejos veía una luz, una puerta pude ver conforme me acercaba. La puerta era blanca, como de la entrada de una casa. Trate de abrirla, pero no pasaba nada, simplemente no lograba que se abriera. Mi tía apareció atrás mío, y me dijo:

Por siempre...Where stories live. Discover now