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La clase fue aburrida. Dave no hizo otro intento por hablar conmigo y James estuvo hablando con la chica a su lado. Yo me sentía extraña pero de igual manera decidí seguir.
La campana sonó, y yo salí disparada rumbo al pasillo para guardar mis libretas en mi casillero. Abrí mi mochila y saque las 10 libretas que rompían mi espalda. Aproveché los 5 minutos que tenía entre clase para adornar un poco el interior de la caja metálica azul. Saqué una foto con unas amigas que tomamos en una pijamada que hice antes de saber que vendría a Seattle. Pegue mi horario en la puerta y puse un pequeño espejo. Colgué una cajita para poner unas plumas y lápices extra y por último una pequeña tarjeta de mi antiguo mejor amigo. Nunca salía de casa sin ella. Cerré mi casillero y apoye mi cabeza sobre el.
-¿Día difícil, no?- Una voz me hizo sobresaltar. Voltee y vi a Dave cruzado de brazos frente a mi.
-Creo que si- me encogí de hombros. No podía contarle mis problemas, pero el chico era agradable.
-Tranquila. La gente aquí puede ser buena. Pero la humanidad me enferma, así que no me interesa. Ahora, si no te importa. ¿Puedes quitar tu cabeza de mi casillero?-
Creo que hablé muy pronto. Lo vi arqueando una ceja. Me crucé de brazos también y esbocé una sonrisa retadora
-Obligame.
El puso cara de indignación y yo sonreí mas para mis adentros.
-Lara. Déjame abrir mi casillero. Voy tarde a mi clase.- Se notaba que aguantaba una risa. Pero al parecer tenía un orgullo grande
-Que raro. Tengo entendido que aún quedan dos minutos para que suene la campana. ¿Me enseñas la escuela?- dije inclinándome hacia el. Me vio de una forma extraña, sus ojos se achicaron. Me recordaron a los ojos de un chinito. Se veía jodidamente atractivo de esa manera.
-¿Que te hace pensar que quiero mostrarte la escuela?- preguntó
-El simple hecho de que aún estas hablando conmigo.
-Touché- dijo y se dio la vuelta.
En ese momento pensé "¡Mierda! Le dí el motivo por el cual irse"
Pero el volteo de nuevo y me vio. Metió sus manos en las bolsas de su pantalón y me dijo con una sonrisa:
-¿Viene, señorita Wall?
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Tras un par de semanas en Seattle, ya hablaba con la mayoría de los chicos con los que compartía clases. James y su hermana, Nyla iban a la casa frecuentemente. Ya sea para ver películas o simplemente no hacer nada. A veces salía con James a dar vueltas en bicicleta o solo caminar hablando de cualquier cosa. Nyla pasaba mas tiempo con Tyler. Mi hermano menor.
