Capítulo 3

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Hoy ya es sábado, iré a mi lugar favorito, hace poco encontré un lugar en el bosque. Detrás de este ahí un jardín hermoso. Es en el lugar donde me siento a leer o pasar el rato, bueno hasta que encontré una casita del árbol que es mía ahora.

Me intriga saber que quiere el niño tatuajes, soy demasiado curiosa, eso es lo malo en mi.

Estoy armando mi canasta de pignik, cuando escucho que alguien toca el timbre.

—¡Iré yo!—Grita Betaña desde el comedor.

—¡Esta bien!—Digo.

Escucho como Betaña abre la puerta, y escucho una voz masculina, la cuál me es familiar.

Me detengo y miro a un punto fijo, intentando escuchar lo que dice Betaña.

—Hola, Stephen, ¿Como estas?—Oh no...

——Bien, se me dificultó llegar hasta aquí, es muy lindo el lugar.—¿Y ahora que hago? Un momento...¿De donde conoce Betaña a Stephen?

—Me alegro que estés bien, por cierto, la otra vez que había ido hacia tu casa no estabas, ¿Te fugaste para no saludar a tu tía? Querido sobrino.—¿Qué, qué? Hay no lo puedo creer.

Esto no puede estar pasando...¡no ahora!

—Es que tenia asuntos pendientes, y bueno, tuve que asistir.—Como por ejemplo insultarme a mi, y tratarme de "querer llamar la atención". Irónico.

—¡Oh! Comprendo, esto de la universidad de seguro te esta agobiando.—O mejor dicho, carreras clandestinas.

—Si, si. Uhm...tía, me preguntaba si podía saber que si, tu jefa...Uhm...me podría ofrecer un lugar aquí, no tengo donde ir. Estoy arruinado. —Escucho llantos que vienen del comedor. No se que hacer.

—Tranquilo, ella es muy buena y quizás diga que si. Ella esta ahora en casa, puedo preguntarle en tu presencia.—Dice.—¡Alison!—Hay no...

Tomó mi canasta de pignik y voy hacia el comedor.

Stephen me mira sorprendido, yo simplemente lo miro a él y luego a Betaña.

—Hola, ¿Me llamabas Betaña? —Digo dirigiéndome a Betaña.

—Me preguntaba si, Alison, él es mi sobrino. Stephen, ella es Alison. Es como mi hija. Bueno, lo que quiero decir es que si, ¿Stephen puede quedarse a dormir en el cuarto de invitados? Solo por un tiempo. Hasta que consiga donde ir.—Me dice Betaña, con súplica. No sabia que este idiota era su sobrino. Pero siempre si hago algo es por Betaña, así que...

—Uhm...Si, puede quedarse.—Irá, es lo único que siento ahora. Pero no podía hacerle esto a Betaña, es más, ella no sabe nada de lo sucedido.—Ahora debo irme, adiós Betaña.—Digo tomando mi canasta que deje en el suelo.

Me dirijo a la puerta y, estoy tomando el picaporte cuando Betaña me hablá.

—Espera, cariño, me preguntaba si Stephen puede ir contigo, para que se conozcan, ya sabes. Quizás puedan ser amigos.—Volteo y veo por segunda vez el rostro suplicante de Betaña. Enserio, no puedo con esto.

Cierro los ojos intentando saber que hacer, o que decir.

—Esta bien, puede venir conmigo.—Digo abriendo los ojos y viendo el rostro de Betaña, que por cierto esta alegre. Nunca le podré decir que no.

—Gracias, de seguro que se van a llevar muy bien. Stephen es muy buen muchacho.—¿Buen muchacho? Pobre Betaña, no sabe lo que dice.

—Uhm...Tatuajes, vámonos.—Digo por fin saliendo del departamento, con tatuajes atrás mio.

Bad girl and bad boyWhere stories live. Discover now