Capítulo 3: Recuerdos

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La joven Higurashi no tenía ni la más mínima idea de como fue que llegó hasta su casa, cambio sus ropas y se acomodó en su cama.

- ¿Qué tienes hija? Casi no has comido nada.

- ¿Eh? Ah si, es que no recuerdo nada de anoche.

- ¡Oh! Si, anoche un joven muy guapo te trajo hasta aquí, diciendo que el iba pasando por la entrada del templo y dijo que te vio desmayarte y te trajo aquí pidiendo ayuda.- decía calmadamente tomando un poco de su té.

En ese momento Kagome se dio cuenta que su sueño no lo fue, en realidad paso! Recordó que aquella voz la que le había dicho miedosa, la voz que le pregunto su nombre. Eso explicaba el rasguño que le hizo aquella mujer ciempies.

- Ya entiendo, y....¿cómo era ese joven?- tomó un poco de té.

- Pues era muy alto, piel blanca, cabellera corta y plateada, ojos dorados y marcas en su cara y llevaba ropas antiguas, al parecer ese chico iba haciendo cosplay para un evento.- decía la señora en pose pensativa al final.

- Pppffffff!- Kagome escupió el té, la descripción que le dio su madre era exactamente igual a la que tenia de ese extraño...

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué escupiste tú té?- preguntaba como toda madre preocupada.

- Esté...nada mamá, no te preocupes- avergonzada devoró lo último que le quedaba del desayuno, levantó y lavó los platos y se fue corriendo hasta su cuarto.

- ¿Qué le ocurre?- decían perplejos el abuelo y Sota.

- Oh! Nada, no hay de que preocuparse- de lo más tranquila le dio otro bocado a su comida mientras abuelo e hijo la miraban raro, resignados siguieron comiendo.

[...] Cuarto de Kagome.

La joven entró a su cuarto apurada, no podía creer lo de anoche, caminaba de un lado a otro dentro de su cuarto agarrándose los cabellos en un intento fallido de arrancarselos. El pánico llenaba todo su cuerpo y ¿quién no estaría horrorizado de estar al borde de la muerte?

Recordar esa mujer ciempies fue de lo más horrible, pero, ese extraño le hizo recordar al de hace unos años...

"No Kagome, no puede ser él"

Se decía una y otra vez, aún no podía procesar bien esto se sentía como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago.
Con un buen optimismo invadiendo su mente se dijo:

"Bueno, agradece que sigues con vida y podrás celebrar tu cumpleaños número 15. Ah si tan sólo lo viera una vez más para agradecerle"

Kagome dejo de dar vueltas y con la extraña sensación de sentir una mirada volteo a ver hacia su ventana y ahí lo vio arriba de un árbol cerca de la ventana.

"Aaaahhhhh!!!"

Pegó un grito que posiblemente se podría escuchar por todo Japón, claro estoy exagerando, sólo en su casa se pudo escuchar asustando a todos.

- Kagome, te encuentras bien?

-Sí mamá, sólo vi un bicho!

- Oh...está bien.

La madre se fue muy poco convencida de que haya sido un bicho el que provocara los gritos de su hija, un inocente bicho no hace gritar tanto a una persona o si?
Mientras tanto Kagome lo veía petrificada sin mover un músculo.

Mi novio es un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora