—¿Crees que le gustará?—pregunta. Sé exactamente a lo que se refiere puesto que estamos organizando la habitación de nuestra hija de nuevo. Se mira el vientre y pasea la yema de los dedos por encima de su piel pues lleva solo un sostén deportivo y bragas.

—Amará su habitación—sonrío.

Me hace tanta ilusión el mirarla de esta forma porque su vientre está enorme, hemos sobrevivido a varias mierdas en el pasado y aún así, ella se mantiene en pie disfrutando de los pequeños momentos como estos.

Soy feliz, por primera vez me siento completamente feliz y es que desde niño lo he tenido todo, cualquier cosa que quisiese era mía pero es la primera vez que me siento rico de verdad y no se debe al dinero, sino a ellas. Las mujeres de mi vida.

Luego del incidente con la casa tuvimos ciertos desacuerdos de cómo avanzar pero la dejé hacer lo que creyó mejor y lo que a ella le brindaba seguridad manteniendo a Camille a metros de distancia de ambos luego de que su madre admitiera que le compró el pasaje para venir a California a bandalizar mi propiedad.

Ciertos procesos son duros, quise en verdad ayudarla y lo habría hecho gustoso de no ser porque amenaza a mi familia y eso no se lo voy a permitir. Reforcé la seguridad, instruí a mis empleados acerca de quiénes pueden entrar a mi casa y sobre todo, instalé cámaras por todo el perímetro.

No pienso pasar por esto de nuevo, no quiero ni puedo soportar otra tragedia y mucho menos si involucra a Lia o a nuestra hija.

Termino de doblar las prendas de nuestra bebé y las coloco en los gabinetes que mi mujer me pide. Tuvimos que comprar todo de nuevo pero aunque intentaron desmotivarnos rompiéndolo todo, eso nos unió incluso más porque el comprar las cosas para nuestra hija fue el momento más mágico que he tenido a su lado.

Me enamoré de ella mucho más en este proceso hasta el punto en que no puedo concebir una vida sin Lia en ella.

Suelto un suspiro al poner los talcos para bebé en los gabinetes pues era lo último que faltaba. Para mirarlo todo mejor me lanzo junto a mi mujer a la cama que será de nuestra hija y sonrío al tomar su mano.

—En serio está pasando—susurro emocionado.

—Sí, en poco tiempo tendremos a nuestra bebé ¿puedes creerlo?—comenta igual de emocionada.

Es imposible no voltearme a mirarla así como es imposible dejar la mano quieta pues acaricio su piel para luego besarla.

—No puedo esperar para conocer a la segunda mujer que me tiene tan enamorado—comento con los ojos cerrados y la frente apoyada sobre su vientre.

La mano de Lia acaricia mi cabellera desatando el cansancio de mi cuerpo.

—¿Puedo saber quién es la primera?

Me río.

—Adivina—la pincho.

—¿Tu madre?—niego con mi cabeza—¿Tu hermana?—vuelvo a negar—¿Nuestra perra?

—No tenemos perras—frunzo el ceño.—Te daré una pista... se apellida Stevenson.

Se ríe a carcajadas.

—¿Te enamoraste de mi madre?—es imposible no reír junto a ella pero poco a poco su risa se va perdiendo. Comprendo al instante a lo que se debe y es que últimamente ha estado más sensible, ha pasado más tiempo al lado de su madre e incluso habla con la mía acerca de cuánto la echa de menos. Quisiera despertarla para ella, para que la disfrute un poco más sin embargo no puedo hacerlo y me fastidia ser tan inútil en esta situación—¿Crees que algún día vaya a despertar?

Entre Sábanas de Seda (AQS #1)Where stories live. Discover now