Confesionario

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-¿Jaehwan? –Escuchó su voz, prefirió ignorarla, así como el modo en que tocaba insistente la puerta de su habitación. –Jaehwan, levántate de una vez... Taekwoon vino a verte.

Escuchar a su madre decir eso no le había ayudado, pero se levantó de la cama de cualquier manera, con nulos ánimos, sin saber por qué su amigo lo había ido a visitar cuando, creía, que Taekwoon también estaría de viaje por la época vacacional. Se sobresaltó un poco cuando abrió la puerta de su habitación y miró al contrario ahí parado, lo invitó a pasar y cerró la puerta con llave, porque necesitaba aislamiento absoluto... Aunque Taekwoon no se lo estuviera dando del todo.

-¿En verdad te vas despertando a esta hora?... Son las dos con quince, vaya...

-Me desvelé. –Excusó mientras volvía a la cama, sentándose en ella recargado de espaldas a la pared.

-Ya veo por qué luces así. –Mencionó con voz baja, acomodándose en un lugar a su lado, abrazándose a una almohada.

Entristeció, porque no quería dar aspecto de nada, carajo, que no quería sentirse afectado pero de todos modos el sentimiento lo ahogaba con maestría en un mar de dudas que jugaba con su sistema nervioso.

-Vine para saber si irás al cine.

-... ¿Cuándo?

-Hoy, te estuve mandando mensajes e incluso te llamé, pero entró la contestadora directamente... Vengo de casa de mis tíos y, como viven algo cerca, preferí llegar, solo para saber si estabas aquí, aunque ya veo que estabas de bello durmiente.

-Ah.

-"Ah"... Podemos ir después, si quieres.

-Creo que será mejor después.

-¿Te sientes mal, Jae? Sé que te acabas de despertar pero... Luces enfermo o algo así.

-Me desvelé, solo eso. –Insistió, aunque sus ganas de hablar con Taekwoon se contrariaban entre evadirlo o decirle todo porque necesitaba escupirlo, sacárselo del pecho.

Taekwoon abrió la boca, probablemente dispuesto a decirle algo, pero solo vio cómo la volvió a cerrar, sin saber si era bueno o malo que eso ocurriera... Era un completo carajo sentir que incluso desconocía a su mejor amigo, empezando con que se desconocía demasiado él mismo.

-¿Jaehwan?

"Mande", pensó, pero ni siquiera le pudo salir la voz en un susurro, solo pudo reaccionar en el gesto preocupado y confuso del otro, esa mueca en su boca, con cejas arqueadas y unos ojos demasiado atentos en él. No entendía qué le pasaba a Taekwoon para que lo mirara así mientras le hacía un cariño en la mejilla izquierda, acto que era el causante que le correspondiera la mirada, pero logró entenderlo después de que el pulgar se deslizara en su piel, cercano a su pómulo, limpiándole el rastro tibio y salado que le escurría en silencio.

Le dolía más ser consolado, porque estar recibiendo esa atención le generaba esa necesidad por explotar y soltar su carga sin importar el modo en que se expresara; le dolía más saber que era Taekwoon el que le abrazaba y no Wonsik, porque quería la boca de ese hombre en su cabeza besándole el cabello... Porque Jaehwan era idiota por naturaleza, y desear a Wonsik, incluso después de su abandono tras utilizarlo, era algo que, esta vez, definitivamente ya le aseguraba que nada podía sobrepasar las cosas erradas, ya no podía caer más bajo.

Por eso mismo se aferró a Taekwoon, apaciguando su llanto contra él, usando su hombro, y luego parte de su pecho, para dejar morir el eco de su voz. Cada lágrima que le escurría lo humillaba sin remedio, hundiéndose por su cuenta en esa profundidad que cavó con sus propias manos, poniéndose de pie a orillas del abismo con los ojos cerrados, confiando ciegamente en que Wonsik le iba a sujetar las manos y lo abrazaría a sí para besarlo y hacerle sentir la mejor persona del mundo... Situación que solo había llegado a ocurrir de manera virtual, porque al sentir sus manos físicas tocarlo, le dieron un giro por completo a ese sentimiento, ya que lo sujetaron con delicadeza solo para empujarlo al vacío.

-Puedes confiar en mí, Jaehwannie. –Le murmuró contra la cabeza, acariciándole el cabello con dulzura usando la diestra, sin soltar el abrazo que le brindaba con el brazo izquierdo.

El rubio solo asintió, queriendo apaciguar de una buena vez sus lágrimas, comenzando a enfurecer que el hipeo en el centro de su amarga garganta no le dejara en paz.

-... No importa qué sea... Puedes decírmelo, si eso te hace sentir mejor.

Eso quería, pero no podía, era difícil cuando la garganta se le cerraba sola y su voz, algo aguada, se escondía rehusándose a conocer el mundo exterior. Cerró los ojos en determinado momento, la calidez de Taekwoon en ese abrazo le era reconfortante, como una relajación que su cuerpo llevaba buscando por días; por eso permitió que el silencio lo acunara el tiempo suficiente hasta que comenzó a incorporarse de su postura al paso de los minutos en los que su amigo no dejaba de abrazarlo, confundido al estar ignorante de la situación que había vivido el rubio.

-No llores, Jaehwan... Todo estará bien, ya lo verás.

¿Cuándo mierda estaría todo bien? Necesitaba saberlo con urgencia, quería que el pelinegro le dijera cuándo iba a volver a estar todo bien, pero para ello, necesitaba abrir las puertas del vacío que él creó, y por eso había tomado su móvil, encendiéndolo. El aparato comenzó a vibrar en señal de las notificaciones que habían pausado su actividad, la mayoría eran mensajes de Taekwoon, y de Tumblr solo había una sola.

Notificación: "¿A que no sabes quién ha vuelto? ¡toplessnipples!"

Se sintió peor que un idiota al sentirse esperanzado a que la notificación fuera de Wonsik, esa decadencia en su alma comenzó a hervir, como una química que se transformaba en nuevos corajes, en nuevas idioteces, rebuscando entre los mensajes.

-"¿Cuánto has visto con esa pregunta en tu descripción?"... ¿Qué es esto? –Preguntó Taekwoon al desconocer por qué Jaehwan le enseñaba esa bandeja de mensajes que tenía en Tumblr con un tal usuario "TheCrackKidz".

-Solo sigue leyendo... Todo.

tumblr.Where stories live. Discover now