17: La bodega.

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Rose estaba frente al espejo observando su máscara, aquella que su hermano había dejado de usar pero que a ella la hacía sentir realmente como hija de Deathstroke, no sólo por los colores, sino también porque se sentía invencible. Se amarró el cabello en una coleta y revisó que tuviera la navaja en la bolsa del pantalón.

Rose estaba confiada en que aquella chica amiga nueva de Damián no sabía pelear. Podría ser inteligente para no hablar, pero en el momento de un enfrentamiento el entrenamiento que se da de cualquier arte marcial no se compara con un ataque de navaja. Rose llevaba ventaja contra esa chica y estaba segura de que iba a ganarle rápidamente.

Ella llegó antes a la bodega donde aún había un poco de material tirado y unos barriles de metal de los cuales ella se escondió detrás de uno.

Dasha llegó puntualmente a la bodega, iba vestida como la primera vez que había visto a Damián porque le gustaba ese atuendo. Paseó la vista por los alrededores sabiendo que no encontraría la moto en donde Damián siempre iba al punto donde ella porque la escondía, pero lo espera ver ahí. Le pareció extraño no verlo fuera y tampoco había luz dentro de la fábrica abandonada, pero de todas maneras confiaba en que él estaría dentro.

– Damián, ya estoy aquí – dijo abriendo las puertas y entrando a la bodega.

Rose se asomó y alcanzó a ver a Dasha de una coleta, chamarra de cuero y botines con poco tacón. De inmediato concluyó que sería mucho más fácil así.

– ¿Damián? – preguntó ella mientras se adentraba más – ¿Dónde te escondes?...

Dasha se detuvo a media bodega analizando lo que alcanzaba a ver con la luz que se colaba por las altas ventanas. Divisó algunos estantes con pocos tubos de metal que anteriormente se vendían y se habían quedado por alguna extraña razón.

Rose no dudo y aprovechó que ella le daba la espalda para acercarse y darle una patada por la espalda, provocando que Dasha cayera sobre sus manos y rodillas.

– Nunca confíes en que todas las citas e invitaciones no son una trampa.

Rose se acercó y le dio una patada en el estómago cuando Dasha había volteado a verla. Dio otra patada y antes de dar una tercera, la chica rodó sobre sí para alejarse y se incorporó más rápido que cualquiera. Rose sonrió debajo de la máscara cuando Dasha puso los puños frente a ella esperando al momento en que se acercara.

«Eres y te ves tan patética...»  pensó Rose, «Esto será divertido».

Cuando la peliblanca se acercó para pegarle en la cara, no le dio tiempo de reaccionar ante el derechazo en medio del estómago que le dio Dasha, dejándola sin aire y en el suelo.

Aún sin creerlo, recibió una patada en la cabeza que la dejó aturdida, aún sintiendo los golpes de ella.

La pelicastaña la tomó del cabello y la obligó a levantarse. Tomó sus manos doblándolas hacia su espalda para posteriormente estampar su cuerpo contra una pared de concreto cercana.

– Y tú nunca subestimes al contrincante.

Dasha azotó la cara de Rose una sola vez que bastó para rasgar levemente la máscara, dejando ver uno de sus ojos. Dasha la soltó para alejarse con la intención de irse, ya que consideraba no valía la pena seguir peleando con ella.

Rose tosió un poco mientras recuperaba el aire y sacó la navaja, se levantó adolorida pero dispuesta a seguir peleando.

– Tu lo dijiste, no yo – Dasha se detuvo y volteó mientras Rose presionaba la navaja escondida a la vista de ella – No subestimes al contrincante...

You Make Me Die (Damian Wayne [Robin] y tú)Where stories live. Discover now