Capítulo 2 « Fantasmas en el Hospital »

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Rápidamente Samuel se levantó y apagó la radio pues tenía un mal presentimiento y acercándose a Karina le pregunto que sucedía, ella sólo señaló la pared del otro lado y añadió.

— Ahí vi una sombra.

César se puso de pie y se dispuso a investigar, pero Karina le sujeto del brazo derecho, advirtiendo lo que Caronte había dicho, pero César no creía en historias falsas, así que tomado una linterna pues si había alguien ahí, al menos le serviría como arma. Al llegar al umbral de la puerta sintió una respiración en su cuello, por lo cual volteo pensado encontrar a Samuel a su lado intentado hacerle una broma, pero los demás estaban sentados.
César respiró profundo recordando las palabras de Caronte, su advertencia pero aún así se dijo así mismo « sólo daré un paso » al hacerlo una ráfaga de aire entró a la habitación haciendo volar los papeles que habían en las mesas, sacudiendo las cortinas y moviendo las sillas con ruedas. César observó y no encontró nada extraño, miro a su izquierda el final del corredor y no encontró nada extraño, lo hizo a la derecha y todo estaba bien, al voltear y regresar a la habitación, una sombra cruzó detrás de el, con la suerte que todos menos César lo lograron ver, las mujeres dando un grito alertaron a César quien al voltear no logró ver nada.

« Hola nuevamente — Dijo Caronte al encenderse la radio sola — Creo que no han aprovechado mi sugerencia, ahora les tocará sobrevivir. Si alguno esta vivo para las tres de la madrugada, todo habrá sido sólo un mal sueño...» Samuel nuevamente se levantó y está vez desconecto la radio. Elisabeth por su parte estaba muy asustada y decidió llamar al seguridad del edificio, pero su celular no tenía recepción, de hecho ninguno.
Karina se levantó lentamente y observó por la ventana del quinto piso que no podía ver el exterior, era como si una neblina oscura les envolvía. Asombrada intentó abrir la ventana pero parecía imposible, entonces dando unos golpes al cristal con sus manos observó su reflejo y justo a su lado la sombra de un hombre alto, su mirada era el de una persona miserable, esos ojos en la silueta oscura hicieron que Karina gritara y al darse la vuelta no había nadie más que sus compañeros.
Karina se sintió mareada, por lo cual busco una silla para sentarse pues hasta había cambiado de color de piel, había pasado de su tes morena a estar pálida, pero mientras ella respiraba. Elisabeth dijo que ya esto no estaba bien y debían salir de ahí, al dar un paso fuera de la habitación las luces del pasillo y la habitación comenzaron a parpadear y un viejo refrigerador comenzó a hacer ruidos extraños, era como si algo dentro quisiera salir, los golpes eran tan fuertes que parecía que la puerta se iba a caer. César siendo tal vez el más curioso del grupo decidió salir y observar, sólo que el refrigerador estaba a unos dos metros de su habitación en el pasillo.
Lentamente y con la linterna en su mano César salió de la habitación, los golpes aún se escuchaban. César respiró profundo y con su mano derecha lentamente se acercó a la puerta del refrigerador, el cual dejo de ser golpeado en el momento que César tocó la puerta. Entonces colocándose detrás de la puerta César la comienza a abrir lentamente y la luz del refrigerador le ilumina levemente el rostro y la pared de enfrente. No muy lejos en el borde de la puerta están sus compañeros asomados en la espera de que algo sucedía, y cuando estaba por abrirla por completo...

« ! Yo no lo haría ! — exclamó Caronte, quien les dio un gran susto a los jóvenes, pues Samuel ya había desconectado la radio y ella no tenía baterías, por lo cual una vez más Samuel tomó la radio y la lazo contra la pared, lo que hizo que se rompiera por completo.

— Bueno...— dijo César algo nervioso, pero sin saberlo sus zapatillas blancas estaban manchadas de rojo, y no se trataba de pintura, pues un líquido salía del interior del refrigerador. César al sentir sus dedos húmedos observó que se encontraba en medio de un charco de sangre y del refrigerador seguía saliendo más y más sangre, el sin importar que había dentro soltó la puerta y está se abrió lentamente. Las luces parpadearon y un bulto cae del interior del refrigerador, al verlo Elisabeth da un enorme grito pues se trataba del agente de seguridad quien estaba muerto. César intento alejarse pero resbaló en la sangre, manchando su bata blanca, aquella que tanto presumía por ser siempre la más limpia, ahora estaba envuelta en un charco de sangre oscura y espesa. Cada vez que intentaba levantarse resbalaba y el cuerpo del agente de seguridad le miraba con sus ojos desorbitados y una herida abierta en el cuello. Después del tercer intento César molestó exigió ayuda, pero todos temían salir de la habitación. La irá invadió a César quién apoyando su mano en la blanca pared hizo su máximo esfuerzo y se levantó, pero al estar de pie, las luces se apagaron y al volver César ya no estaba ahí, los compañeros miraron en todas las direcciones pero no lo vieron, como tampoco encontraron huellas de sangre. 

Frecuencia Mortal  [Terminada]Where stories live. Discover now