capitulo 34

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Siete de la mañana, el despertador sonó más fuerte de lo que recordaba, me estiré para apagarlo sintiendo tronar los huesos de mi cuello y espalda, tampoco sentía el trasero, Julian se había quedado dormido apoyado en mi pecho entre mis piernas y ...

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Siete de la mañana, el despertador sonó más fuerte de lo que recordaba, me estiré para apagarlo sintiendo tronar los huesos de mi cuello y espalda, tampoco sentía el trasero, Julian se había quedado dormido apoyado en mi pecho entre mis piernas y por consiguiente yo también me dormí, ahora todo me duele.

- Julian despierta –removiéndolo con cuidado-. Ya sonó la alarma, debemos prepararnos, vamos Julian – acariciando su cabello-. Despierta.

Perezosamente se estiró, su rostro se contrajo en señal de dolor.

- Me duele el culo joder... no estoy hecho para esto -Sentándose con cuidado en la cama-. Perdóname por anoche... debí verme muy patético, no tienes por qué escuchar mis cosas o verme llorar.

- Tranquilo Julian -sonreí-. Yo te lo dije, voy a estar contigo en las buenas, las malas y las peores así que cada vez que te sientas mal voy a estar para ti.

- ¿Qué hice para merecerte? Dímelo por favor.

Levantándose de la cama extendiendo su mano hacia mí.

- Eres tú, solo tú y nadie más que tú – colocándola sobre la suya levantándome-. Ahora Romeo vamos a bañarnos antes de que nos atrasemos y no alcancemos el desayuno, tengo un hambre feroz.

- ¿cenaste anoche? ¿Qué había?

Caminando hasta el baño, amaba que tuviéramos dos duchas.

- No fui a cenar, me quedé aquí esperando a que regresaras.

Despojándome de mis ropas.

- Soy un grano en el culo...

Observándome culpable.

- Déjate de eso, sé que cuando me pase a mi tu estarás ahí conmigo.

- No lo dudes.

- ¿Lo ves? Necesitas mejorar tu autoestima corazón, no eres una molestia, realmente me preocupo por ti.

Dando el agua caliente, luego la fría para temperar.

- Voy a trabajar en eso, pero tienes que ayudarme – dejando que el agua mojara su cabello-. Aquí es difícil mantener el autoestima alto, los oficiales son demasiado ofensivos.

- Lo sé, son unos jodidos animales, odio que tengamos que ser prácticamente perros para tenerlos contentos.

- Pero si queremos sobrevivir... no hay nada que hacer.

- ¿Qué clase nos toca ahora?

Cambiando de tema, no quería que siguiera pensando en lo mal que lo pasó anoche.

- No he revisado el itinerario, solo espero que no implique moverse demasiado.

- También lo espero, odio las actividades físicas.

Troubles © [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora