Ladrona [McSombra]

Mentirosa.

Culpa. Vergüenza. Dolor.

Todos esos sentimientos se acumulaban en su estomago y garganta, de manera cada vez más aguda. No podía evitarlo, lo que había hecho era imperdonable.

Intentó ignorar los gorgoreos de la persona que yacía tendida en el frío suelo, pero su curiosidad la obligó a darle un último vistazo a la escena del crimen que ella misma había causado.

Volteó la cabeza hacía el cadáver del hombre y lo observó lentamente. Su barba castaña ahora se encontraba salpicada de sangre, al igual que su camisa café a botones. Un charco de líquido rojo comenzaba a extenderse por debajo del cuerpo y una de sus manos estaba apretando levemente su cuello, mientras que la otra se extendía por el asfalto.

No pudo evitar comenzar a lagrimear nuevamente. Sus superiores estarían, sin duda, contentos con el trabajo que había hecho al deshacerse de ese cazarrecompensas, pero ella...ella se sentía destrozada.

Nunca antes se había ensuciado las manos con vidas ajenas, siempre había recurrido al chantajeo, o en algunos casos graves, a la amenaza. Le daba igual tener que haber asesinado a otra persona de la cual no conocía sus antecedentes, pero el hombre que estaba tendido sobre su propia sangre; muerto, era más que un simple objetivo. Lo era para Talon, pero para ella lo había sido todo.

Jesse...Lo siento.

Antes de desaparecer en la oscuridad de la noche, recogió el sombrero vaquero de McCree, y lo colocó sobre su melena castaña, en conjunto con el poncho rojo que él le había obsequiado minutos antes de asesinarlo, demostrándole el verdadero afecto que sentía por ella.

Me demostraste tu sinceridad, y yo te volví a mentir. Jamás debiste volver a confiar en mí.