Ambos tenían un pendiente en una de sus orejas de conejo. Del mismo color que sus correspondientes gemas.

Con gran fascinación, esperé a que se muevan o hagan algo por el estilo. Lamentablemente no reaccionaban, por lo cual tuve que proceder a la ardua prueba de picarlos con mi dedo índice.

Cuando estaba a punto de tocar la pelota negra, esta abrió sus ojos... espera, dije ojos?

-AGHHHHHHHHH!- grité desaforadamente ante semejante susto.

La misma reacción tuvieron todos cuando las mismas esferas aparecieron delante de ellos y abrieron sus ojos

-Ta- da - escuché decir a la pelota blanca.

-A-aca-acabas de decir "ta-da "- le pregunté.

-Tu... pareces un monstruo feísimo! - exclama felizmente, haciéndome enfadar.

-Pero qué estás diciendo! - le grito mientras lo golpeo con el dorso de mi mano en su pequeña cabeza.

-Ah! Pero que quieres decir con que parece... lo es! - gritó la bola negra mientras procedía a saltar a mi alrededor con su contraparte monocromática.

-Tienes tu algo en contra mía?!- grité mientras podía sentir como una vena se formaba en mi frente.

Los malditos bollos tan solo sonreían y seguían saltando a mi alrededor felizmente.

La misma escena pasaba en la sala solo que saltaban y se reian mientras esquivaban multiples expeliarmus de un enojado Harry

-Qué se supone que son ustedes dos? - pregunto después de poder finalmente tranquilizarme.

-Yo soy Mokona Modoki! - me dice el bollo blanco.

-Y yo soy Mokona Modoki! - me responde su contraparte negra.

-... Que rayos! Ambos se llaman igual! - grito nuevamente.

-Por supuesto! - exclamaron unísonamente.

-Aghhhhhhh! Nunca más volveré a intentar volver a hacer algo como esto de nuevo! -

Después de liberar mi rabia para la diversión de los bollos peludos, sentí como se formaba una perturbación en los alrededores de la tienda.

-Uhm... parece que un cliente ha llegado después de un viaje un tanto...ajetreado- les digo a las Mokonas mientras me iba a cambiar de vestuario para recibir al visitante.

Una camisa negra con un patrón dorado en los puños de las mangas y en el cuello. Un pantalón de vestir también de color negro como la brea. Y decido finamente ponerme un kimono celeste oscuro con dibujos de mariposas blancas, por encima de mi ropa, sin atar, fluyendo suavemente ante mis movimientos.

-Creo que debería ir a ayudarla con esos monstruos o el precio será más caro... para ella- me digo a mi mismo mientras marcho hacia el exterior de la tienda a ayudar al nuevo cliente.

Acomodando mis lentes para captar la visión de los que se haya delante mío, mi boca esboza inconscientemente una sonrisa ante la batalla que les da mi pequeña luchadora fuera de la barrera de la tienda.

Sus movimientos sutiles y fluidos como el agua cristalina en una superficie llana. El fuego en sus ojos demostrando sus necesidades de ganar y sobrevivir. La tensión en sus músculos apenas notorios en sus ropas, listos para el próximo ataque. Y su aura de poder que irradia, demostrando su superioridad a pesar de su estado actual.

leyendo supongo que creer de vez en cuando puede ser divertido(lenta)Where stories live. Discover now