Sysack

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Oliver Sykes x Andy Biersack

Descripción:
Lactofilia (Excitación por leche materna. Para quien lacta o quien amamanta)

Omegaverse




(Narrador omnisciente)

Oliver Sykes es un hermoso alfa, exitoso y bastante carismático. Su cuerpo estaba bien trabajado, su piel bronceada cubierta de coloridos tatuajes, llevaba su cabello castaño corto, y su mirada verde oliva siempre destellaba rebeldía. Era un alfa bastante atractivo ya que su aroma a café solía ser atrapante y aditivo.

Oliver fue obligado a casarse con un omega hijo de un socio de su padre, su nombre es Andrew Biersack. Los fines de ese matrimonio era ampliar las propiedades de los Sykes uniéndose con los Biersack, y al fin y al cabo fue posible.

Andrew o Andy, como prefería que lo llamen, es un hermoso omega con un cautivador aroma a cerezas. Su cuerpo era delgado, su blanquecina piel lucía cubierta de tatuajes a escalas de grises, llevaba su cabello negro azabache corto y con un corte bastante moderno, su mirada era de un profundo azúl y sus labios eran rojos haciendo honores a su perfume natural.

Andy y Oliver no se amaban. Pero Andy estaba marcado por Oliver, ellos estaban unidos por el lazo que mataría a cualquiera de los dos si el otro se alejaba. Pero ellos estaban acostumbrados a esa realidad. Oliver se la pasaba trabajando sabiendo que el fácilmente podría romper aquel lazo, pero no le haría eso a Andy, no sabía que podía pasarle y se sentía bastante responsable de lo que le pasara.

Hace unos meses Andry perdió un embarazo bastante avanzado. Su bebé había muerto a los 7 meses justo cuando su cuerpo se había terminado de preparar para ser todo lo que es niño necesitara.

Andrew estaba deprimido así que las únicas energías que lo hacían sobrellevar su pérdida, eran las fuerzas de Oliver. Últimamente no tenía ganas de nada pero sabía que si se tiraba a una cama a lamentarse entonces sería mil veces peor.

Ahora mismo Andy había terminado de tomar una ducha, y exactamente en ese momento estaba Oliver llegando a la casa.

Andy sentía una presión en el pecho, pero no de angustia, era un dolor diferente, sentía que poco a poco se quedaba sin aire. Tocó su pecho y lo notó ligeramente hinchado. Era una maldición, un molesto recordatorio de que su bebé había partido sin siquiera conocerlo.
Así que se colocó una toalla alrededor de su cintura y se paró frente al espejo del lavabo, soltó una queja por el dolor y puso una de sus manos en su pecho haciendo presión para poder liberarse. Volvió a soltar otra queja y sintió como sus pezones comenzaban a humedecerse. Era muy difícil deshacerse así de su molestia, necesitaba conseguir un saca-leche manual. Que consistía en una bomba de goma y un cono que servía de filtro para extraer.

Entonces Andy puso su brazo por encima de sus pezones y salió del baño. Y tras abrir la puerta, vio a Oliver de pie frente a él.

—¿Estás bien? Te oí quejándote.—Le dijo Oliver. Quien estaba quitándose los zapatos con sus propios pies mientras que se desajustaba su corbata.

—Estoy bien.—Respondió Andy y se encaminó hacia la salida de la habitación. El movimiento brusco de sus pasos rápidos hacían que se quede sin aire fácilmente. Su pecho hacia presión sofocándolo poco a poco así que disminuyó el paso cuando se encontró en el pasillo que lo llevaba al comedor y soltó otra queja.

—¡Andy! ¿Qué te sucede? —Le preguntó Oliver saliendo de la habitación— ¿Te sientes mal? ¿Necesitas que vayamos al doctor? —Y de repente la atmósfera comenzó a cambiar. Había un aroma a cerezas y canela, melancolía y excitación en el aire, algo demasiado confuso y atrapante. Y cuando se dio cuenta vio el pecho de Andy ligeramente hinchado y sus ojos zafiro brillaban más de lo normal.

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