26 | Max (Maratón del recuerdo) 1/3

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— ¡No!— Lo interrumpo de manera rápida.— N-No, claro que no. Yo te quiero, y mucho. Solo es...— Me pauso.

—¿Es...?—

Oh, pamplinas. Tengo que decirlo.

— Jamás he besado...—

¡Ya! ¡Lo dije! Y sonará ridículo, pero en mis Catorce años no he besado a nadie. NADIE.

Entonces, él se ríe.

—¿T-Te estas burlando de mi?— Pregunto, algo dolida.

—N-No.— Para de reír.— Es solo que, te miras tan apenada. Y te vez tan linda...— Me sonríe.— No te preocupes. Solo déjate llevar...—

Y se vuelve a acercar.

Rendida, hago lo que él me aconseja. Me dejo llevar. Nuestras narices chocan y las respiraciones se mezclan. El olor a fruta llega a mis fosas nasales, encantándome aún más. Y pum. Nuestros labios se encuentran. Claramente la preocupación sigue ahí, pero —Como había dicho antes— me dejo llevar. Me muevo al son de él. Sus labios me guían. Y pasa algo inesperado. Inconscientemente nuestras lenguas se unen.

Nos besamos de manera rápida y larga. Duramos muchos tiempo besándonos, a tal grado de entumir mis labios.

No es hasta que me quedo sin respiración cuando me separo de él. Miro sus labios rojos, y presiento que los míos están igual o peor.

—Lo hiciste bien.— Murmura, para después volver a besarme.

***

—¿Ustedes...?—

— Si...— Me sonrojé.

Melanie Se queda pensativa, y de pronto truena los dedos, como si se le hubiese ocurrido algo.

— Ahorita vengo, Lau.— Y se va, dejándome sola en los pasillos.

***

Dos meses. No puedo creerlo.

Ya comí con el papá de mi novio, y creo que le caí bien. Me agrada la idea de tener de mi parte a aquel hombre Yam amable y chistoso.

Aunque hay algo que me desconcierta... últimamente se ve serio. Me preocupa que le esté pasando algo malo, le preguntaré...

***

— Melanie, ¿Para qué me ocupa...?— Mis ojos de abren como platos al ver aquella escena.

Melanie y Max. Besándose. Toqueteándose.

Melanie abre los ojos y me mira. Pero no se detiene. Max no parece percatarse de mi presencia, así que sigue. Y cada vez el nivel de toqueteo sube.

Me dan náuseas. Por Dios, apenas estamos cumpliendo los quince...

Salgo corriendo, con lágrimas corriendo por mis mejillas. Me encierro en el primer salón que veo, y dejo que mis sollozos salgan.

***

—Vaya, vaya. Aquí la sola y triste Laurel.— Melanie se ríe, junto con su nueva amiga Roxana.— ¿Qué pasa? ¿Dónde está tú novio Max...? ¡Ups! Perdón, tu ex novio.— Se ríe.

Me es imposible no soltar algunas lágrimas. Al fin y al cabo ella era mi mejor amiga.

—¿P-Por qué?— Pregunto dolida.

—¿Por qué no?— Respondió, con una sonrisa malvada.— Él siempre me gustó, y se fijó en mí primero. Estábamos quedando... hasta que tú me lo quitaste. ¡Ladrona!— Me empuja, haciendo que choque con los casilleros.

—¡Yo no soy ninguna ladrona!— Chillo, tratando de empujarla, pero Roxana me detiene y niega con la cabeza, para después darme una cachetada.

—Lo eres.— Se acerca a mi y me susurra:— Y te dejó por imperfecta. Por gorda. Por fea. Por deforme.— se ríe y me agarra de las greñas.— Adiós, Lau.—

*Fin del flashback*

Despierto de manera abrupta. Me siento en mi cama y tocó mi cara. Las lágrimas brotaban sin permiso alguno.

Suspiro.

Ese sueño... son más bien recuerdos de una época mala. Aun recuerdo ese dolor en mi pecho.

También recuerdo que a los meses llegó Valentina, y se apoderó de todo. Pensé que iba a ser para mejor... pero me equivoqué. También se nombró la reina. Le quitó el lugar a Melanie, y esta no hizo nada al respecto, solo se quedó en las sombras de ella. Sin embargo, después ya no fueron solo empujones y jalones de greñas... sino también golpes a puño cerrado, robos, rompían mis cosas y me quitaban todo lo Preciado para mi.

Incluso un collar que me dió mi abuela Anto...

Max Solo me había dejado un par de mensajes. Y bueno... yo rompí con él al siguiente día de ver aquella asquerosidad. Él claramente lo negó, y cuando le dije que lo había visto... no volvió a intentarlo. Me dió coraje. Y Max Jamás me volvió a dirigir la palabra

Pasaron aproximadamente dos años se sufrimiento.

Hasta que llegó Alicia.

Aquella chica peli negra que desafiaba a todas y a todo. Ella sacó mi lado malo, y mi lado bueno. Ahora gracias a ella ya no sufro tanto bullying. Es... fantástico.

No. Ella es fantástica.

Chaparras al Ataque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora