CAPITULO 33 "último día de Febrero"

Începe de la început
                                    

—Baja. Tengo algo para ti.

La esperé, hasta que bajó con un abrigo negro hasta las rodillas y al llegar a mí, me besó.

— ¿Qué tienes para mí?

Saqué una caja de mi bolsillo, y se la entregué.

— ¿Qué es esto? —sonrió. La tomé por la cintura y le hice un ademán.

—Ábrela —posé mi barbilla en su hombro, porque empecé a marearme, y traté de respirar como me lo enseñaron en el hospital.

“Concéntrate en cosas simples” Pájaros en la rejilla, el balanceo de las ramas y el pisar de mi zapato al contacto con la grama.

“Concéntrate, ashton. Puedes hacer eso”

— ¿Qué se supone que es esto…? —me miró con una extraña sonrisa, y entonces abrí los ojos.

Veía borroso y me dolía la cabeza.

Pero lo ignoré.

—Ashinnie —sonreí —, nuestro nuevo perro —abrió los ojos de par en par, y me abrazó como nunca.

Besó mi mejía y luego se deslizó a mis labios con un beso que me desgarró el alma.

Extrañaría besarla.

— ¡¿Dónde está?! ¿Dónde? —preguntó. Reí con esfuerzo, y silbé para que saliera corriendo a nuestra dirección.

Le había comprado un Shnauzer miniatura color blanco, nombrado ashinnie.

— ¡Ah! —dio un saltito al sentir que nuestra perrita saltaba para alcanzarla.

—Tómala, es nuestra —la incité.

La tomó en brazos, y ashinnie lamió su nariz.

—Euugh —emitió. Le acarició la nariz, y la dejó en el suelo —. Es perfecta, gracias —se acercó para besarme, pero yo me alejé.

—Ni se te ocurra besarme con babas de ashinnie en tu rostro —ambos reímos.

—Tú te lo pierdes —pero me arrepentí. Porque recordé que podía ser el último beso… y la besé —. ¿Por qué escogiste ashinnie? —preguntó.

La tomé por la cintura, y la acerqué a mí.

—Por nuestros apodos —ella levantó una ceja —. Ashy, y Minnie… juntos son ‘Ashinnie’ —ella rio.

— ¡Ah! —rio —, bastante creativo.

—Lo sé —sonreí, y antes de que me respondiera, la besé.

(…)

Narra _________:

El cumpleaños de ashton estaba a unas horas de tomar lugar.

Aly y niall me habían ayudado a prepararle una supermega fiesta, que incluía a todos sus familiares, Marie, Mitch y algunos empresarios importantes.

La mañana del día anterior a su cumpleaños, me levanté por la mañana para arreglarme e ir al trabajo. Entregaría las invitaciones para que asistieran a la celebración de mi esposo.

Bañada y a punto de cambiarme, me dirigí a ashton, quien todavía dormía plácidamente tirado en la cama con una pose algo extraña. Me asomé y antes de abrir la boca para despertarlo, como todas las mañanas, tomé su mano. 

Sus uñas estaban amarillentas, sus labios morados.

Bajé a la cocina sin hacer ruido, porque aly y niall habían estado de fiesta la noche anterior y de seguro tenían resaca, y preparé unos bizcochos de chocolate y un té de manzana. Los favoritos de ashton.

Los llevé en una tabla hasta la habitación, y me llevé la sorpresa de que cuando llegué, ashton estaba despierto.

—Buenos días —le dije, pero él no respondió —, ¿Cómo te sientes?

—Bien —se limitó a decir.

Dejé la comida en la mesa de noche, y me senté a su lado.

— ¿Me acompañarás a la empresa hoy? —pregunté. Él negó con la cabeza y yo asentí.

Lo besé antes de irme, pero mi beso no fue correspondido. De seguro se sentía cansado.

Me subí al auto, pensando en él, y conduje calles abajo hasta la empresa.

—Jess —la llamé —, estas son invitaciones para la fiesta de cumpleaños que le haré a ashton mañana. ¿Puedes entregárselas a todos? —pedí.

—Sí, Señora Irwin, yo me encargo —sonreí.

Tomé lugar en mi escritorio, y me puse a trabajar.

De pronto, a cierta hora del día, me sentía mareada y algo agotada. Tenía sueño y no lograba explicarme por qué.

Lo ignoré por un momento, y decidí llamar a ashton para saber cómo había seguido.

Tomé el teléfono y marqué el número de nuestra casa.

— ¿Aló?

—Sí, ¿Quién habla?

—Soy __________. ¿Está ashton allí?

—Habla él —dijo. Sonreí.

—Amor —dije —, ¿Cómo seguiste?, ¿Te has levantado ya?

—Algo así. Acabo de desayunar.

— ¿Calentaste los bizcochos?

—Sí —dijo.

— ¿Están los chicos?

—No… salieron a dar un paseo por la ciudad. Oye, mi Sol, ¿Puedes regresar a casa, por favor?

— ¿Qué necesitas?

—Te extraño —dijo.

— ¿Solo eso?

—…Eh… no me siento muy bien y… quiero que estés aquí.

— ¿Qué sientes?

—No puedo explicártelo, amor. Quiero que estés aquí, ahora.

— ¿Pasa algo más?

—Creo que ya es hora… y… tengo miedo… te necesito aquí.

Solté el teléfono, y bajé la mirada.

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En Busca De Esposa [Ashton Irwin & Tu] **TERMINADA**Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum