Sobredosis

Capítulo III

— Pero yo ni siquiera lo... — todos se quedaron congelados al sentir algo pasar a máxima velocidad a su alrededor

La neblina estaba empezando a desaparecer, pero ellos en vez de alegrarse estaban aterrados, aterrados por lo que sea que fuera que se encontraba allí.

— No me puedo levantar  — se quejó Kurt

— Tranquilo amigo — Andrew colocó el brazo de Kurt sobre su hombro y lo ayudó a incorporarse

Una risa se escuchó a su alrededor provocando que que se les pusiera la piel de gallina

— ¡¿Quien anda allí?! — gritó Álex — ¡Salgan, imbéciles!

— Álex, cállate. — ordenó Andrew

— ¡Está maldita broma no da risa, casi hacen que me cague en los pantalones, y si que estuvo muy bien el efecto de la neblina. Pero ahora salgan y den la cara mientras la tengan bien, por que juro que se las voy a partir! — reclamaba Álex histérico

La neblina desapareció totalmente sin dejar ni un solo rasto, fue como si realmente nunca hubiera estado ahí, Andrew y Álex miraban hacía todos lados, pero nada, no había absolutamente nada

— Pero... ¿Como? — preguntó Álex dejándose caer de rodillas al pisó — ¿Qué está pasando aquí? ¿Es a caso que me estoy volviendo loco?

Andrew aún sostenía a Kurt que se encontraba con la cabeza baja, viendo al pisó, ajeno a lo que estaba sucediendo

— Álex, deja de lloriquear y ayúdame con Kurt. No te estás volviendo loco, así que sea lo que sea va a volver, y tenemos que largarnos de aquí.

Álex se quedó de rodillas unos segundos más hasta que decidió hacer caso a Andrew y ayudarlo con Kurt, estaba realmente asustado, y posiblemente a punto de perder su cordura, pero no quería que esa cosa regresará y los atrapara de nuevo en ese maldito puente

— ¿Como se supone que nos iremos? El carro no quiso encender. — dijo Álex mientras colocaba el brazo de Kurt sobre su hombro y lo agarraba de la cintura

— Hay que regresar al carro y llamar a alguien, pero no nos podemos quedar aquí.

— ¿A quien se te ocurre llamar? ¿Y que es lo que le dirás exactamente? "Oye, ven por mi y mis amigos al puente, una bestia que hace que la neblina aparezca nos persigue, y Kurt casi se suicida saltando del puente"

— Cállate, Álex. — Andrew se encontraba igual de asustado que Álex, pero no por eso iba a empezar a ser tan negativo hablando tonterías

— ¡No me digas que me callé!

— ¡Cállate, maldición. Cállate!

— ¡Andrew, eres un mal... — Unas fuertes carcajadas interrumpieron a Álex

— ¿Terminaron de... pelear? Por que parece que ya regresó y nosotros seguimos en el mismo lugar — dijo Kurt con algo de dificultad

— ¿Quien anda ahí? — esta vez fue Andrew el que preguntó

De nuevo una sombra paso alrededor de ellos rápidamente, tan rápido que casi ni lo vieron, una risa sonó a su izquierda, luego a la derecha, enfrente, atrás, estaba en todos lados.

— Realmente son patéticos. — dijo la escalofriante voz entre risas, su voz era cómo un gruñido infernal, realmente profundo

Álex, Andrew y Kurt, se quedaron totalmente quietos y sin decir nada, estaban congelados, esa voz era espantosa, rasposa y grave, con gruñidos siempre, era como la de un demonio en esas películas de exorcismos.