Capítulo I

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Todo esta oscuro en esa habitación. La gente bailaba muy cerca los unos de los otros. Kurt se encontraba en un estado no muy favorable para pasar entre toda esa gente, el chico de ojos grises se hizo paso entre la gente para intentar buscar a los dos idiotas que tenía como amigos.

— ¡Maldición! ¿Dónde carajos se metieron?

Kurt se estaba empezando a desesperar, era ya muy tarde y no encontraban a los idiotas con los que vino.
Pasando por la habitación principal, pudo visualizar a Álex, tirado en el sillón, a punto de cojerse a una tipa rubia.
Kurt se acercaba al lugar dispuesto a intervenir, antes de que su amigo hiciera algo de lo que después seguramente se iba a arrepentir.

— Te estuve buscando por todas partes, idiota. — le dijo Kurt a su amigo mientras encendía el cigarrillo que acababa de colocar en sus rosados y delgados labios.

Álex lo observó sin entender o reconocerlo, hasta unos segundos después.
Álex sonrió de lado y se le quedo viendo a su amigo fijamente.

—¿Acaso no ves que estoy algo ocupado, Kurt? — Álex empezó a jugar con el cabello de la tipa rubia que yacía en su regazo.

— Claro que lo veo —Kurt jaló una vez más de su cigarrillo mientras observa como su amigo seguía acariciando a la falsa rubia—  Solo intentó detenerte, hermano. Ya sabes, para que no hagas nada de lo que después estarás arrepentido.

Álex lo observó con diversión.

— Está bien, pequeño. ¿Ya te quieres ir?

Kurt observó a Álex sin inmutarse lo más mínimo por su estúpido comentario.

— Debemos irnos ya, Álex. Tal vez no lo recuerdes, pero tenemos compromisos mañana — Kurt tiró a un lado el cigarrillo y se sentó en el mismo sillón que su amigo.

— ¿Qué compromiso, Kurt?

Kurt se quedó viendo a la nada y a la vez a todo, ignoró a su amigo hasta que el mismo recordara que mañana era el aniversario de su hermana.
La casa estaba totalmente llena por chicos universitarios, todos agarrando a las tipas como que si en cualquier momento fuera a armarse una gran orgía.

Kurt, con su mirada fría y profunda se quedó viendo asqueado a la tipa que antes era su novia, no era por rencor o algo por el estilo, era por el simple hecho que, además de estar borracha, tenía en el pelo algo que seguramente era vomito.

— ¿Es acaso que aún no la superas, Kurt?
Fue la chica que acompañaba a Álex la que habló, lo miraba picaramente mientras acariciaba el pecho de su amigo.

Kurt se limitó a sonreír.

— ¡Vamos! Deja de joder a mi amigo, Lauren. Porque, para empezar, fue él quién mandó a la mierda a Alice.

Lauren se separó rápidamente de Álex con asombro, la rubia no entendía el por que Álex se había alterado tanto por una simple broma que le hizo a su amigo.

— Déjalo, Álex, no importa. No tienes por que estar defendiendome, ella en ningún momento me ofendió... aunque su comentario fue totalmente estúpido, más estúpido sería yo si le tomo importancia.

Álex se levantó del sillón sin siquiera mirar a Lauren, que estaba claramente ofendida por lo que había dicho Kurt.
Ese chico podía ser demasiado duró a veces, no le importaba herir a las personas con sus comentarios, o asustarlos cuando les amenazaba, pero eso era por que, a pesar de las circunstancias, Kurt siempre decía la verdad, sin usar filtros para hacerla parecer menos dura, a él no le importaba si ofendia o avergonzaba a las personas, él era ese tipo de personas que no necesitaba un arma, o puños para defenderse, él destruía con palabras.

— Vamos, Kurt. Ya recordé lo que tenemos que hacer mañana. Hay que encontrar a Andrew, así nos podemos ir.

Kurt y Álex se marcharon a buscar a su amigo sin despedirse, o siquiera mirar a Lauren.
Lauren los observaba mientras se alejaban haciéndose camino entre la multitud.

— Vaya que están cojibles esos dos.

Lauren se giró para poder ver a la chica que le había hablado, era una pequeña morena que estaba segura que ya había visto en la Universidad.

— Los dos están igual de buenos, pero son totalmente diferentes — Respondió Lauren a la morena de finos rasgos.

Lauren pudo observar, a pesar de la poca luz que había, que la chica tenía ojos claros, no distinguía su color, pero estaba segura de que esas enormes y risadas pestañas protegían a unos hermosos ojos claros.

— Claro que son diferentes, pero falta uno ¿Me equivoco?

Lauren la miro confusa.

— ¿Eh?

— Si, son tres ¿O sólo son ellos dos? Estoy casi cien por ciento segura que en varias ocasiones los he visto con un chico rubio de ojos verdes.

Lauren sonrió al darse cuenta de que la chica hablaba de Andrew, el idiota que completaba el grupo de amigos, bueno... hermanos, como ellos se llamaban.

— Claro, hablas de Andrew. Fueron a buscarlo.

— Ya veo.

Lauren no pudo aguantar más su curiosidad por saber si estaba o no en lo correcto de que esa chica era de la Universidad.

— Tu estas en clase de Alice, ¿Cierto? - Preguntó Lauren al recordar que fue allí dónde creía haberla visto.

— Si, recibo con ella una que otra clase. Soy Sara, por cierto.

Sara, con una gran sonrisa extendió su mano amablemente hacia Lauren.

— Un gusto, Sara. Soy Lauren.

Lauren imitó el gesto y estrechó la mano de Sara con la suavidad que una chica de alta clase como ella lo haría.

Sobredosis Where stories live. Discover now