Una de las cosas que más suele agobiar a los escritores es el principio de sus obras. El miedo a esa hoja en blanco. Somos de los que sostenemos que es al contrario; es lo más fácil de hacer, porque empezamos de cero y las posibilidades son infinitas. Eso no pasa en la segunda parte del nudo, por ejemplo, momento en el que debemos tener en cuenta todo lo que hemos hecho con anterioridad.
Sin embargo, existen unos cuantos recursos para todos aquellos a los que les dé vértigo lanzarse a la piscina o sean inseguros.
Todos queremos utilizar la técnica piraña: enseñamos los dientes para adelantar que tenemos cosas buenas en nuestra cabeza que pueden enganchar pero... ¿cómo hacemos que eso sea cierto? Para enseñar los dientes, primero deberíamos tenerlos bien afilados.
¡Pues vamos a darle a la lima!
1-Piensa en una historia preliminar
¿Qué estaba haciendo tu personaje una semana antes del punto en el que comienza la historia? Nos sirve para conocer a nuestros personajes, pero también para ponernos en situación. De esta forma sabremos si procede empezar la historia en un cementerio o en una cafetería. Nuestros personaje no son concebidos por la paloma blanca, vienen de algún lado y van hacia otro.
Muchas veces, lo que pensamos nos puede ayudar hasta para incluirlo en algún punto de la historia. Todos los personajes de Malditos bastardos tienen una historia previa. Cuando se presenta al grupo aliado, Tarantino recorre los puntos claves de sus vidas unos meses atrás para mostrarle a la gente el tipo de genios que tratarán de terminar con la vida de Hitler.
2-Incluye un clímax precedente de una historia anterior
Esto pasa mucho en James Bond o en Indiana Jones. Ya se ve a los personajes en acción. Se deja una muestra de lo que está por llegar durante el clímax de algo anterior. De esta forma, el anticlímax sirve de detonante parte para enlazarlo con una nueva historia. Esos tipos no pueden detenerse. El mundo está en sus manos.
En Origen también sucede para impresionar pero a la vez, también para ilustrar y explicar un poco mejor la mecánica tan compleja.
¿Cuál es el peligro de esto?
Que podemos empezar demasiado fuerte y no saber continuar con el nivel tan alto, lo que provocará que la historia se desinfle y perdamos lectores. Hay que encontrar el equilibrio.
3-Un adelanto (flash-foward)
En vez de usar algo de la vida anterior, se echa la vista al futuro y se muestra un trozo del segundo punto de giro o de una peripecia importante para dejar con las ganas de ver cómo se ha llegado hasta ese punto o cómo continuará. El adelanto nunca se cierra.
Es lo que sucede en Trainspotting.
¿Problema?
Esta sobrexplotado en la actualidad porque es un rasgo muy característico de la Posmodernidad, tanto en cine como en literatura. Ahí tenéis a Deadpool 1, película posmoderna por antonomasia. ¿Cómo empieza?
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El arte de contar historias
ספרות לא בדיוניתTanto si quieres aprender a escribir desde cero, como dar el paso de historias planas a unas mucho más profundas y maduras que poder considerar de calidad o simplemente, descubrir si había cosas que desconocías, te invitamos a que leas y hables con...