jarabe verbal de miseria

5.8K 665 430
                                    

No supo cómo ni cuándo; pero lo que sí sabía, era que cuando recobrara el sentido común (que en estos momentos estaba algo lejos de él gracias a lo somnoliento que estaba) iba a hacerle la ley del hielo al par de bobos que en esos momentos se encargaban de dejar la marca de sus manos en su brazo derecho.

—Por cuarta vez consecutiva, ¿puedo preguntar a dónde rayos me están llevando? —una asquerosa risa nasal se escuchó a su lado y el pobre chico que estaba siendo prácticamente secuestrado, se frustró mucho más, soltando un largo quejido y moviendo desesperadamente su delgado brazo, que al hacerlo, fue apretado más por alguno de los otros jóvenes.

—Sí, puedes preguntar, que te dé una respuesta, costará más trabajo. —Minho se echó a reír, mostrando su perfecta dentadura (que requirió varios años con aparatos y frenos para que terminara así) y siguió su camino a quién sabe dónde, porque claro, caminar por la ciudad a las nueve de la noche era bastante normal, mucho más cuando no sabes a dónde vas y estás casi desprendiéndote de tu brazo derecho.

Por otro lado, Hyunjin, quién se sentía observado por todo el mundo, tenía sueño, como siempre. Estaba a nada de tirarse al asfalto y dormir ahí, pero por alguna razón que desconocía, no lo intentaría ni aunque le pagaran por ello (ya había hecho muchas cosas por dinero, y al final nunca es bonito), él prefería intentar dormir por las noches, también fracasaba haciéndolo, pero por lo menos no se humillaba frente a todo Seúl.

¿Cómo había salido de su casa en contra de su propia voluntad? Era bastante fácil, su madre dejó pasar a su habitación a Minho y Changbin, quiénes la convencieron de dejarlo salir ya que "ha estado más amargado que de costumbre, ¿no cree?" Al parecer su madre accedió, porque creía que estaba deprimido, y mientras trataba de rogar por piedad, ya estaba siendo llevado demasiado lejos de su hogar como para querer volver. No estaba deprimido, pero tenía muy malos hábitos, porque pasó un mes entero llorando inconscientemente cada vez que el sol se ponía y se encontraba solo en su habitación.

Inconscientemente, sí, porque nunca aceptaría el estar sufriendo entre comillas por haber terminado su relación con Yang Jeongin de una manera tan asquerosa como lo hizo.

+

—¿Por qué terminaste con Jeongin? —había gritado Changbin una tarde de verano en la comodidad de su habitación mientras bebía jugo de manzana, tal vez dos o tres días después de que alguien (probablemente Chan), le contara que, ¡Hyunjin terminó con Jeongin, y le hizo llorar tanto, que logró que el seco lago de la escuela recobrara vida!

Sí, muchas más personas habían ido a hacer lo mismo.

—Ah, Changbin, ¿tú también? —el chico de cabello oscuro masajeó sus sienes con ambas manos. —Lo hice porque sí. No podía seguir más tiempo con él, me aburría y supongo que él también, las cosas ya no eran como antes. Fin.

Mentira, mentira, mentira. Nadie lo suficientemente cuerdo se aburría de un día a otro de una relación que mantuvo a flote incluso en los más tormentosos días sólo porque se aburría.

Hwang Hyunjin terminó a Yang Jeongin frente al árbol de naranjas que estaba junto a los baños de chicos, tragándose las ganas de echarse a llorar y salir corriendo de su propia mente mientras la respiración de Jeongin comenzaba a entrecortarse con cada palabra que salía de su boca. No se mantuvo mucho tiempo frente a él, lo hizo rápido, sin testigos, tampoco con muchas razones, no podía formar palabras coherentes; ni siquiera podía verlo a los ojos, esos bonitos ojos cargados de las más bellas constelaciones estaban rojos e inundados de lágrimas.

MALOS HÁBITOS : HYUNINWhere stories live. Discover now