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—Estas bromeando.

Max se irguió en su silla, se acerco mas al escritorio y junto sus manos. Desde su visión, parecía el jefe de una corporación demasiado grande. Pero realmente, parecía un niño jugando a ser un adulto.

—¿Tengo apariencia de estar jugando?

—Tienes la apariencia de un garlopo—ataco, inmediatamente—, pero ese no es el punto. Estas jugando.

El chico tomo una respiración tan profunda, que incluso ella pudo oírla. 

—No, Amelia. Te lo estoy diciendo completamente en serio. 

—No—exclamó eufórica—. No estas hablando en serio. Te golpeaste la cabeza y tu cerebro se convirtió en mierda, pero no puedes estar diciéndome esto a la cara, solo demostraría que eres aun mas imbécil de lo que creía.

Max abrió la boca para responder, pero se callo y ni una palabra salio de sus labios. Parecía estar pensando demasiado que iba a decir a continuación. Trago duro, pudo ver su manzana de Adán agrandarse unos segundos. Rasco su barbilla y relajo su semblante antes de finalmente romper con el silencio.

—Necesitaré que confíes en mi una última vez.

—¿Confiar en ti?—Ame se rió. Una risa seca y sin gracia—. ¿Quieres que confié en ti?

—Mira, se que la última vez no acabo nada bien...

—Estoy al corriente de ello, gracias.

Max relamió sus labios, intentando que las palabras correctas vengan a él ante la actitud reacia de Ame a escuchar cualquier palabra proveniente de su boca.

—Pero en verdad necesito que sigas mis instrucciones. No hay persona mas importante para mi que tu, especialmente ahora mismo. Y por razones que aun no comprendes ni puedo decirte-

Ame pego un salto de su asiento provocando que Max se sobresaltara. Cada centímetro de su cuerpo rugió de dolor y no lo pudo ignorar.

—Mierda—murmuró, dándole un pequeño golpe al escritorio. Levanto su mirada y sus ojos se veían mas negros que nunca—. Estoy hasta la coronilla de las cosas que no puedes explicarme. Esto será sencillo: me dirás todo lo que tengas permitido decirme y punto.

—Tienes que unirte a Cruel—insistió él—. Lo digo por tu bien, necesi-

—Si no me explicas la razón por la cual debería aceptar con los brazos abiertos a la organización culpable de la muerte de una niña de once años, entonces ni sueñes que lo pensaré.  

Max estuvo a punto de refutar, insistiendo aun mas en las miles de razones por las que ella debería unirse, pero entendió que era una causa perdida, y si quería conseguir su cometido lo tendría que obtener con otros métodos.

—Al menos dime que lo pensaras—dijo finalmente.

Ame no dijo nada, solamente volvió a tomar su asiento, y con una mueca de dolor en el rostro, se desparramo en la silla.

—No creo que me ames—murmuró ella—. Ni siquiera creo que me quieras, si es que me ofreces esto.

La adolescente bajo su mirada hasta su regazo, y allí la dejo plantada. Se veía como lo que era: una chica vulnerable y dolida. Una persona cansada de tanto correr, y harta de encrucijadas sin final. 

Ame no levanto su mirada ni por un segundo, tampoco hablo mientras Max le daba un pequeño resumen mas realista y detallado de que sucedió con el mundo, y que posición estaba tomando Cruel al respecto. No pudo evitar notar como Max cambiaba su tono de voz al hablar de la cura, sonaba mas esperanzado. Él realmente creía que era una realidad cercana.

El Tiempo de las Mentiras Termino (The Maze Runner Fanfic #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora