Un cambio imprevisto con su hermano implicó a April a "mudarse" a otra habitación de su apartamento. Este cambio implicó quedar más cerca de sus vecinos. ¿Qué pasará cuando se enteré, de la peor manera, que va a tener un compañero que estará compart...
Evitar las miradas de Theo no es para nada fácil; más cuando en mi mente no deja de pasar los segundos previos.
Theo me mira y de vez en cuando se muerde el labio. Parece sumido en sus pensamientos que me muero por saber cuáles son.
-Ya, para – digo ya cansada de que me esté mirando.
-¿Paro qué?
Lo miro con los ojos abiertos y su sonrisa está presente.
-¡Cállate! – susurro/grito.
No puedo hacer demasiado sabiendo que aún sigo en clase. Cada minuto que pasa se me hace más larga la hora.
-Estoy aburrido – dice apoyando su cabeza entre sus manos, al lado de las mías.
Me volteo hacia él y el azul de sus ojos me miran directo. Me encojo de hombros – Parece que siempre lo estas.
Él asiente y mira hacia al frente.
-Deberíamos hacer algo divertido.
Le doy un empujón con mi hombro, él suelta una risa y niega.
-¿Ves? Eres tú la pervertida, no yo – Theo suelta un suspiro –me refiero a qué deberíamos hacer algo para matar el aburrimiento.
Cierro los ojos, yo también estoy aburrida.
-¿Algo como que, Theo?
Theo suelta un respiro – como ir al centro comercial.
-¿Centro comercial? – digo de inmediato. No me espere eso, no creo que Theo era así – lamento decirte, Theo, pero no soy de las chicas que acostumbran a ir al centro comercial de compras.
Theo sonríe y los dos hoyuelos se posan en sus mejillas.
-No iremos de compras, seremos rebeldes allá.
-¿Iremos? Creo que ya te estas apresurando, ni he dicho que sí.
Theo se corre para atrás y pone sus palmas debajo de su cabeza. Se ríe.
Una risa sonora suena en mis oído que me hace querer hacerlo reír más seguido.
- Lo harás – me volteo a mirarlo con el ceño fruncido – porque nunca invito a nadie a salir y tú, que eres la primera, no me vas a rechazar.
- ¿Y debe ser un honor? – digo sarcástica.
No voy a mentir, si me sorprende el "nunca invito a nadie a salir".
-Ajá – dice muy seguro.
-Mmm... - digo fingiendo duda – lo pensaré.
Theo niega con la cabeza divertido – sí que eres complicada, chiu-hua-hua.
Suena el timbre del final de la clase, me levanto y miro a Theo con una sonrisa.
-Sí es la primera vez, no debes mal acostumbrarte a que siempre te digas sí, Theo.
Me doy la vuelta y salgo por la puerta.
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