Keep a Promise

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Te pedí que me ayudaras, ¿por qué nunca me ayudas?

¿Cómo podían Adam y Jano conocerse? Allison pensaba que no había otra persona sobre la faz de la tierra con tanta mala suerte. La respuesta de Adam le dejaba en claro que su opinión sobre Jano era la misma que tenía Steve, Eli, su hermano Michael, sus amigas... es mejor tenerlo lejos. El temor que tenía sobre presentarlos en un futuro cercano se transformó en terror. Va a enloquecer cuando se entere de que estoy saliendo con alguien, y más si lo conoce.

Adam se la llevó del parque a toda prisa. De pronto, no había querido permanecer al sol un instante más... o puede que no quisiera quedarse quieto mientras Allie trataba de interrogarlo. Evidentemente no contaba con el viaje en auto, porque ¿qué mejor forma de escaparse de una chica curiosa que encerrándose con ella en una caja metálica?

- ¿Cómo puedes conocerlo? Hay un millón de colegios aquí en Londres, ¿los dos tenian que ir a Eton? 

 Adam tomó con fuerza el volante y se mordió los labios una vez más. - No te preocupes por eso. Como dije, son solamente estupideces del colegio. Debí callarme la boca, lo siento.

Allie seguía concentrada mirando por la ventanilla a los transeúntes de sábado por la tarde. Se giró para contemplarlo, ya no estaba tan alegre como antes, ni le brillaban los ojos. Estaba haciendo fuerza para mantener la boca cerrada. Me estás mintiendo. - ¿Estupideces el colegio? Por favor no me mientas... no eres la primera persona que conoce a Jano y lo detesta.

- No te estoy mintiendo, Allie, son estupideces del colegio... ¿por qué te preocupa tanto?

Si lo conocieras bien no me harías esa pregunta. - No me preocupa Jano en absoluto... créeme. También te asustarías si hubieras visto tu cara cuando te lo dije. Dime...

- No Allie, no. Lo que importa aquí somos tú y yo. Tienes que mantenerte al margen de esto. - Y eso fue lo último que dijo al respecto. No hubo forma de sacarle otra palabra sobre Jano. Pensó en cómo podría averiguar qué había pasado entre ellos, siendo que él no quería contarle y probablemente el otro se tomaría el próximo avión de regreso a Londres al segundo de enterarse. Dejemos eso como último recurso. Por lo pronto...

Se dio cuenta que no iba a sonsacarle nada por las buenas, así que optó por otra táctica. Allison era especialista en persuadir gente. Hombres, mujeres, era indistinto. Siempre conseguía lo que quería sacudiendo las pestañas y agrandando los ojos. Si eso fallaba (y estaba persuadiendo a un masculino, y la situación lo ameritaba) siempre podía hacerle pucheros, o bajar la mirada y parecer afligida, o encogerse de hombros y hacer una mueca... eso bastaba para la mayoría. Por supuesto, no solía funcionar con Steve, y mucho menos con Jano. Para convencer a Steve le quedaba enojarse, volverlo loco, empujarlo cuando quería concentrarse hasta que lo sacaba de sus casillas, le gritaba y terminaba sacándole la información a la fuerza. Con Jano se solucionaba por psicología inversa: dejaba de interesarse en el tema, se ocupaba de algo nuevo, pasaba más tiempo con Steve, y cuando lo notaba inquietándose, compraba un nuevo conjunto de lencería. Luego, solo quedaba esperar a que quisiera hacer algo especial para ver qué sucede, y sacaba a relucir el conjunto. Pan comido. Tal vez porque era una mentirosa muy mala... desastroza, era desastroza mintiendo... lo único que le quedaba era parecer una inocente doncella en problemas. Tienes que aprender a usar las armas que te tocaron en suerte.

Adam la miró y entornó los ojos. Con suavidad se pasó la lengua sobre los labios y se rió. - Pequeña, me estás subestimando...

Allie sofocó una risa y trató de lucir lo más inocente posible. - ¿Por qué dices eso?

- Estás haciéndome ojitos.

- ¿Ojitos? Claro que no...  - Para demostrar lo ofendida que estaba, volvió a girar hacia la ventanilla. Sintió la mano de Adam rozando una de sus piernas. En una esquina había un grupo de personas cargando valijas en un taxi...y de pronto lo recordó. Estaba a punto de irse. Se iban a separar por al menos quince días, y luego de eso, no tenían idea de cuánto tiempo iban a pasar sin verse. Eres una estúpida le había gritado su reflejo la noche en que Adam le había contado que tenía que regresar a París sabías que no vive aquí. Se quería morir, y con un esfuerzo descomunal había logrado mantener la compostura el tiempo suficiente para excusarse al baño a llorar, al menos por cinco minutos.

Historias del Libro - Allison vuelve a Casa [Tom Hiddleston Jim Sturgess Fanfic]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang