Tough Choices

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Jano se apoyó entero en la máquina de café. De hecho, la abrazó cariñosamente, haciendo reír a los enfermeros que tenía detrás. Pidió un café grande con un toque de leche y se sentó en una de las sillas de la sala de descanso con los ojos cerrados, una sonrisa cansada y las piernas estiradas.

- ¿Sabe tu novia que la engañas con esa máquina? - preguntó otro médico, mientras tomaba su turno mimando a la máquina..

- Creo que sí... revisa mi ropa para ver si huelo a café

- Ahh, tienen que cuidarse, Jan... imagínate, padre de dos, un niño y un capuchino...

Jano se frotó los ojos y frunció el ceño. - ¡Oye, deja de tocarla! Si viene a decirme que está embarazada voy a pedir un ADN

El café había pasado a ser casi un placer prohibido para Jano. Allie lo tenía absolutamente vetado, y como todo lo que se quiere y no se puede tener, anhelaba el café con desesperación y miraba la cafetera con ojitos tristes cada vez que lo veía pasar con una taza en la mano. Se sentía culpable por hacerla desear, así que consumía poco y solamente en el trabajo. Le causaba gracia aparecerse en su casa, dejar que Allison lo olfateara disimuladamente y le dijera "estuviste tomando café, ¿cierto?".

Terminó su horario y se dispuso a irse a su casa. Ni siquiera había notado la tormenta demoledora que rugía en el exterior. Inmediatamente tomó el celular e intentó ubicar a Allison, completamente en vano. Probablemente no tuviera señal en Brixton. Gruñó y pensó en acercarse a buscarla, pero sabía que eso la haría enfadar. Jano vete a casa de una buena vez. Se cubrió con su abrigo negro, subió a la camioneta y condujo hasta el apartamento pensando en lo mucho que iban a dormir... después de desayunar y hacer el amor, claro.

Llegó de buen humor, pero preocupado por la tormenta. Los rayos que cruzaban el cielo eran impresionantes. Algunas zonas que había cruzado no estaba iluminadas, y obvimente temió que sucediera lo mismo con Brixton. Se preguntaba en cada semáforo si debería girar bruscamente e ir a buscarla... pero si llegaba preocupado a buscarla y todo estaba bien... lo tildarían de obsesivo y dominante, como siempre. Michael le había pedido que tratara de darle un poco más de libertad a su hermana. "¿A qué le tienes miedo? Lo único que quiere es estar contigo, bro". Aunque no muy convencido, le hizo caso. Dejó de llamar a Allie en los horarios de siempre, espaciando el tiempo entre llamados. Al tercer día notó que lo abrazaba con más fuerza cuando iba por ella, y aunque no le dijo nada, lo acariciaba dulcemente y le decía "te extrañé" con más frecuencia. Le escribió a Michael agradeciéndole, y su cuñado lo había llamado riéndose para decirle que aunque fuera el padre de su hijo, seguía siendo un novato con su hermana.

Había pocas cosas en el mundo que pudieran sorprender realmente a Jano, pero cuando subió a su piso y se encontró a esa mujer rubia vestida de dorado junto a su puerta se quedó, literalmente, helado. Le parecía conocida, pero no pudo recordar su nombre no de dónde la conocía.

- Humm... hola, ¿puedo ayudarte?

La mujer lo observó intensamente. Tenía un vestido dorado lleno de lentejuelas demasiado corto, medias y zapatos negros; el cabello rubio  a un lado y los labios rosados entreabiertos. Estaba apoyada directamente sobre la puerta con los brazos en la espalda y las piernas cruzadas. Ladeó la cabeza hacia la izquierda y se mordió el labio. - No lo sé, tal vez puedas...

Jano levantó una ceja, disgustado. No le gustaba nada la dirección que estaba tomando la situación, pero aún así, intentó mantenerse cortés. La había reconocido, era sin duda Rosie, la novia de Steve; la misma mujer que había visto en el hospital hacía ya bastante junto a Adam.  - Si no me dices cómo ayudarte, va a ser un poco difícil

Historias del Libro - Allison vuelve a Casa [Tom Hiddleston Jim Sturgess Fanfic]Where stories live. Discover now