Capitulo 5

33 5 2
                                    

Volví a buscar entre las sábanas de mi cama, en mis bolsillos, incluso di vuelta todo lo que tenía en mi bolso y aun así seguía sin encontrar mi celular. Era como si hubiera desaparecido, lo tenía en mis manos antes de levantarme y cambiarme de ropa y estaba segura de haberlo dejado en la cama, no es la primera vez que me pasa, a mi cerebro le cuesta despertar por completo tan temprano por la mañana y perdía cosas que había tenido en mis manos segundos antes, aunque por lo general se encontraban en lugares bastantes obvios o incluso justo en frente de mí.

Me di por vencida con tratar de encontrarlo por mí misma y tomé el camino lógico y rápido.

— ¡¿Alguien puede llamarme?! ¡No encuentro mi celular! — nadie me respondió, pero en cosa de segundos sentí mi tono de llamada y como la vibración provocaba un ruido en el suelo. No sabía cómo llegó ahí pero definitivamente estaba debajo de la cama. Volví a gritar dejando saber que lo había encontrado y acto seguido me apoye sobre mi estómago en el suelo para poder alcanzarlo cosa que no fue del todo necesaria ya que apenas hice contacto visual con el aparato este salió disparado directo a mi frente.

Me alejé adolorida y un poco aturdida ya que al parecer me golpee justo con una punta del aparato.

Me levanté y me observé en el espejo que tenía en mi cuarto, tenía un poco rojo sobre la ceja izquierda y dolía un poco si me tocaba. Solo esperaba que no se hinchara, el resto del mundo no tenía porqué enterarse de lo torpe que era.

Bajé y me uní a papá en el desayuno quién ya había terminado y se encontraba revisando unos papeles.

— ¿Estás bien? te escuche reclamarle a la nada allá arriba.

— Sí, solo fui atacada por un celular volador, ya sabes, lo típico. — volví a concentrarme en mi desayuno, ignorando el hecho de que papá estuviera observándome sin decir nada por un rato antes de volver a concentrarse en lo que estaba leyendo. Ya estaba terminando mi desayuno cuando se levantó y dejó su taza de café ya vacía en el fregadero, salió de la cocina y volvió casi de inmediato.

— ¿De casualidad viste mi billetera?

— Arriba del microondas — respondí luego de hacer memoria por unos segundos

— Everly, creo que sería una buena idea que no vayas hoy — confundida dirigí mi mirada a él.

— ¿Por qué? — no dijo nada, solo apuntó hacía el microondas con el mentón en donde su billetera estaba unos quince centímetros por sobre este apoyado en la nada, apenas vi lo que estaba haciendo lo deje caer pero era tarde, el daño ya estaba hecho.

Había estado intentando ignorarlo, pero desde ayer que había empezado a mover cosas sin darme cuenta, algo muy similar a lo que pasaba cuando era pequeña con la diferencia de que ahora era capaz de entender el problema detrás de eso. Pensé que pasaría rápido, que ahora que lo entendía iba a ser capaz de evitarlo y que se trataba de algo de un día, pero claramente no era así, no me gustaba admitirlo y no me gustaba lo mal que me hacía sentir, sobre todo porque era lo lógico y porque en cualquier otra situación no me molestaría faltar a clases, pero no podría salir de aquí hoy y tal vez tampoco mañana — Bien — me levante y lave de forma rápida mi tazón vacío.

— No quiero que pienses que te estamos encerrando, sabes que no es así.

— Ya sé. Estoy bien, enserio ­— me di vuelta para poder decir eso último mirándolo.

Me observó, dejándome claro que no me creía por lo que le di una muy exagerada sonrisa que lo hizo sonreír un poco. Sabía que seguiría sin creerme, pero no podía hacer mucho para convencerlo, mucho menos cuando él tenía razón.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 26, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ResilienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora