"De tus ojos" (MariChat)

Capítulo 5: De valor

Marinette sintió un cosquilleo extraño en su corazón; pensar en los libros la hacía sentir perdida y rara, pero al mismo tiempo, con una calidez irrefrenable que le recorrió las venas. Sintió la energía viajar por su cuerpo a una velocidad impresionante y de pronto las luces de su habitación titilaron anormalmente, sin parar y por varios segundos. No supo cuando había llevado su mano al único arete que poseía, sin embargo ahí estaba y entonces, solo entonces el enciende y apaga de las luces se detuvo.

El viento entró de pronto y le revolvió el cabello a la joven de preciosos ojos azules, como una caricia. Alzó la cabeza, encontrando la ventana cerrada.

Durante minutos enteros, observó la nada, sin saber cómo sentirse y continuar. Estaba confundida, herida y emocionada. Tantas cosas estaban ahí, haciéndola dudar y cuestionarse pero al mismo tiempo la hacían querer enfrentar algo de lo que ni siquiera estaba segura que existiera.

El sonido de su teléfono la alertó. La foto de su mejor amiga aparecía en la pantalla.

Las ideas llegaron a su cabeza como estrellas fugaces; Alya era mejor que el FBI cuando se lo proponía. Si necesitaba encontrar algo, nadie mejor que la morena.

Sonrió.

[***]

-Entonces, déjame ver si entendí.-dijo la de lentes a su amiga. Era un sábado soleado, bastante cálido para el gusto de la de cabello oscuro, pero agradable para Alya.- ¿Quieres que yo entre allí y pida esos libros para ti?

La de ojos azules asintió nerviosa, miraba a todos lados, paranoica. Estaban afuera de la Biblioteca Mazarino, que llamaba desde lo lejos a las personas por su maravillosa arquitectura y su material claro.

Durante toda la noche no logró conciliar el sueño, pensando en esos libros de los que su abuelo tanto hablaba, y que importancia tenían.

No sabía cómo buscarlos en internet, así que solo escribió en el buscador "Orígenes del equilibrio" y encontró después de horas de investigación, un par de libros con el autor que buscaba.

Eran libros de historia avanzada, que, según la página, habían sido donados a la Biblioteca Mazarino en la época de la resolución francesa por un gran noble.

La información le parecía extraña, pues no estaba cien por ciento segura de sí aquellos libros estarían allí, pues al consultar la página de la misma biblioteca no encontró en existencia esos libros.

Se sentía como si estuviese a punto de meterse en un enorme lio, y la sensación aumentó cuando al querer regresar a la página que hablaba del paradero de los libros que necesitaba, ya no estaba. No la encontró por más que buscó. Revisó 5 veces su historial e hizo lo posible por volver a revisar el sitio web, pero era como si nunca hubiera existido tal plataforma.

-¿Por qué luces tan asustada?-preguntó Alya, regresándola al presente. La duda emanaba por cada poro de la joven de cabellos castaños.

-Y-ya sabes, necesito mejorar mis notas de historia y... bueno... leí una reseña que hablaba muy bien de esos libros.-respondió agitada; no le gustaba mentirle a su mejor amiga, pero ni siquiera a ella podía contarle, aún no sabía en que se estaba metiendo y no quería causarle problemas, sin embargo, tampoco se podía arriesgar a entrar y pedir aquellos libros como si nada.

La de lentes la miró inquieta.- ¿Y por qué no se lo puedo contar a nadie?

Mordió su labio preocupada.- No quiero que sepan sobre mis notas. Aun no les he dicho a mis padres que casi suspendo el último examen.- Y vaya que eso no era mentira.