Capítulo 3

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Jisung había llegado con ojeras a clases y no se despegó de su celular hasta cerca del almuerzo, así que lo más lógico era pensar que había obtenido el número de Minho-hyung. A pesar de que había vuelto a sentarme junto a él y se le notaba muy contento, no me había contado nada, y yo sabía muy bien la razón.

—¿Qué tal van tus primeras veintiocho horas con alma gemela? —le susurré mientras fingía anotar las indicaciones del pizarrón en mi cuaderno.

Jisung era lo suficientemente idiota y buen amigo como para pensar que yo me sentiría mal de que él tuviese un alma gemela genial, por lo que muy posiblemente se estaba guardando todo lo que quería contarme.

No se pudo contener cuando vio que mi sonrisa era sincera, sin embargo, porque mordió sus labios y pareció querer explotar.

—Dijo que estaba muy ocupado con cosas de la escuela como para escribirme, pero igual quería conversar conmigo. Entonces comenzó a enviarme cientos de audios para ahorrar tiempo y creo que los reproduje una y otra vez hasta las cinco de la mañana —pareció avergonzarse de su confesión y yo no pude evitar reírme de su estupidez mientras él apoyaba la frente en el pupitre—. No te rías —dijo con voz camuflada —, ni siquiera lo conozco y siento que ya me gusta.

Sentí que una ola de afecto por Jisung me invadió en ese momento, y le acaricié la cabeza.

—"Dile que no quiero verlo" —imité la voz de mi mejor amigo, citando la frase que él mismo le había dicho a Changbin sobre Minho. Jisung se rió y se enderezó para golpear mi hombro.

—¡Estaba nervioso! —me gritó acusatoriamente y luego hizo una pausa—. Ah, es cierto. Minho-hyung quiere almorzar en la terraza conmigo hoy, y dijo que puedes venir si quieres.

Oh, de ninguna manera. Changbin y su séquito también almorzaban por ahí.

—No quiero.

—¡Felix!

Suspiré. ¿Qué tan buen amigo podía ser? Jisung ciertamente se merecía el universo entero, pero yo no. Estaba mirándome con ojos de cachorro y algo me decía que, si me negaba, no comería con Minho.

—Está bien —Jisung iba a celebrar, o a gritar, no lo sé. Lo paré antes de que hiciese cualquier cosa—. Pero quiero comer en el pasto, como un picnic. Y está prohibido que Changbin coma con nosotros.

—¿Por qué Changbin-hyung comería con nosotros?

Me encogí de hombros.

—Ayer Changbin me contó que Minho-hyung anduvo acercándosele. Como sea, no lo quiero ahí.

Por toda respuesta, Jisung sonrió y besó mi mejilla.

Qué asco.

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Un par de minutos antes de que saliésemos a almorzar, Jisung me dijo que no era necesario que comprase almuerzo en la cafetería porque me había llevado (nuevamente) comida desde su casa. Yo estaba feliz porque me evitaría la fila, comería deliciosamente y el clima estaba perfecto para estar al aire libre.

Nos encontraríamos con Minho justo en la salida hacia la terraza y mientras lo esperábamos, Jisung no dejaba de mensajearlo.

—Harás que Minho-hyung tenga un accidente si sigue respondiéndote mientras camina.

Jisung me miró genuinamente preocupado.

—Tienes razón —escribió un último mensaje y guardó su celular en el bolsillo—. De todas maneras ya viene.

DECERNERE [Changlix]Where stories live. Discover now