Capítulo V

1.9K 214 27
                                    

"Mis desiciones no le corresponden, menos las que tienen que ver con mi corazón"

— Un extraño, misterioso y guapo joven te ha rescatado y llevado como princesa a tu casa...........¿Por qué a mi no me pasan estas cosas? —Pregunta Francisca exaltada y en forma de burla.

— Ya basta Francisca, que yo no quería que eso pasara, pero lo hizo. Y quiero volver a verlo...

— ¡¿Verlo de nuevo?! ¿Qué se te ha ido un tornillo de la cabeza? ¿Necesitas que llame a un médico? —Exclama molesta, casi nerviosa.— No puedes Carolina, no puedes enamorarte de un sirviente cuando tienes que conquistar a el príncipe y....

— ¡Ya! ¡Que mi madre no eres! —Comienzo a decir, a punto de estallar.— Mi corazón no le pertenece a un jodido príncipe. ¡Mira las cosas que dices! ¡Tú también buscas esa corona en tu cabeza! ¿Para qué me ayudas? —

— ¡Porque soy tu amiga! —Grita con lágrimas saliendo de sus ojos.— Sí, quiero esa corona, pero también quiero lo mejor para ti. —

— ¡Mentirosa! —Exclamo enfadada.— Si quisieras lo mejor para mi quisieras que yo fuera feliz...—

— ¡Y puedes serlo! —Razona tomándome de las manos.— Puedes ser feliz con los palacios, las joyas, los vestidos....

— Esa no es mi felicidad, es la tuya. —Le confieso exhausta.— ¡Yo no soy tú! ¡Yo no quiero una vida de oro! ¡Quiero compañía, quiero amor! —

— Pero Carolina.....

— ¡Ningún pero, Francisca! —Ya comenzaban a salir lágrimas en conjunto de mis gritos.— Me voy. Me voy a buscar a Eddie. —

Salgo rápidamente de la casa, cierro la puerta con fuerza y camino rápidamente a la plaza.

En el centro de la plaza hay una fuente, me siento en la orilla de piedra y comienzo a llorar.

¡¿Por qué nadie lo entendía?! Quiero libertad, no quiero permanecer encerrada en un castillo de cuatro paredes. Nada de mil vestidos, nada de mil joyas, nada de una corona con la que cargar en la cabeza, no soy así, no soy como Francisca.

De la nada distingo una melena rubia a toda prisa viniendo a mi auxilio. Me quedo estática, esperando a oír sus excusas.

— ¡Carolina!

— No quiero oírte, Francisca. —Dije, a pesar de que fuera mentira.

— Discúlpame —Dice de la manera más honesta, porque la conozco lo suficiente para saber que no miente.— Tienes razón, soy tu amiga y sólo quiero verte feliz. Te ayudaré a buscar al tal Eddie. —

— Gracias. —Me levanto y la envuelvo en un abrazo.

— Bueno, basta ya que más lágrimas no necesitamos. —Admite entre risas.— ¿Dónde buscamos a Eddie? —

— En el bosque. Necesito que me lleves.

— Vale, enseguida busco al caballo.


— ¿Es aquí? —Pregunta mi amiga parando el caballo en el mismo claro del bosque en donde me había conseguido al apuesto chico.

— Sí, si quieres vete. Puede que tarde un rato en aparecer. —Expreso bajándome del caballo.

— De acuerdo, pero si no aparece.... —Comienza a decir preocupada.— ¿Cómo regresarás? —

— Tranquila, él vendrá. —Confieso con esperanza en mi voz y corazón.

— Si tú lo dices..... —Dice insegura.— Adiós, Caro. —

La veo irse cabalgando al otro lado del bosque, mientras yo me quedo ahí, parada en medio de la nada.

— ¿Eddie? —Grito con fuerza.— ¡Eddie soy yo, Carolina! —


Pasan los minutos, tal vez la hora y todavía no había señal de Eddie. Hasta que de lo profundo escucho el familiar sonido de los cascos de un caballo.

— Señorita Carolina —Dice sonriente, poniendo pies en tierra para poder saludarme. Le entrego mi mano y él la besa, la delicadeza con lo que lo hace me estremece y nerviosa retiro mi mano.— No esperaba verla. —

— ¿Entonces por qué a venido?

— Coincidencia, supongo —Ríe con gracia.— La realidad es que tenía mis esperanzas de volver a verla. —

— ¿Le sorprendería si le dijese que yo sufro del mismo caso? —Digo traviesa.

— Pues en ese caso...Me parece que deberíamos hacer algo que celebre el hecho de que no ha huido de mí. —Ambos soltamos una risa cómplice.

— ¿Ah sí? —Me acerco a él, lentamente.— ¿Y qué propone? —

— No lo sé....¿caminata por el bosque?

— Válgame no. —Niego con la cabeza.— Sí me la paso aquí. —

Me toma de las manos y me mira a los ojos, casi penetrándome con su mirada.

— Entones, ¿qué ideas le pasan por la cabeza?

— Una caminata por el pueblo. —Contesto con una sonrisa embobada.

— ¿Por el pueblo? —Pregunta algo nervioso, su voz flaquea, pero no parece nada serio.

— Sí —Afirmo con seguridad.— ¿No le agrada la idea? —

— No, no es eso. —Niega varias veces.— Vámonos ya, pues hay que aprovechar el día.

Pongo una gran sonrisa y acepto su invitación a montarme en su caballo.

— Agárrese fuerte. —Advierte el joven Eddie.

— Vale

Y ahí, a todo galope, nos tendimos en nuestra pequeña escapada. Pues vale, que una pequeña aventura no hace daño. 

------------------------------------

¡Otro capítulo! Espero que les guste <3

Noticias: ¡LLEGAMOS A LOS 3K! ¡Wuhuuuu! Muchas gracias por el apoyo, prometo estar actualizando más seguido. 

Eso es todo por hoy, pero recuerden que el domingo también hay nuevo capítulo, y vaya que será largo. 

¡Besitos! 

- Poppy

Cadis: La UniónWhere stories live. Discover now