De Vuelta en California

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El día había llegado. Ya era hora, de que me mudara de vuelta a California. Ya que, había extrañado mucho a mis amigos y amigas de allá. Me preguntaba si aún será que se acordaban de mí.

Llegamos al aeropuerto y estaba tan hermoso como siempre, y muy lleno también. Tomamos el nuevo auto de mi papá y nos fuimos a nuestro nuevo penthouse. La casa me ENCANTÓ. Aún recuerdo aquel momento en el que casi lloro por ver mi cuarto. La escuela. Eso era lo que más me preocupaba de vuelta en California. Después de la horrible experiencia en la escuela que tuve el año antes, me daba pavor, sin embargo, algo me decía que en esta escuela sí me iba a ir bien.

dididi

Sonó mi despertador.

-Buenos días

-Bonjour mamá!

Ya llegó el primer día de escuela. Me siento muy emocionada pero nerviosa a la vez. Me puse mi uniforme (que de hecho me gustaba más que el de Australia) me cepillé el cabello, y bajé a desayunar.

-¿Cual es el desayuno?

-Huevos de codorniz en una salsa de ajo con hierbas

-Creo que mejor desayunaré cereal papá, pero ¡Gracias!

Cuando terminé de desayunar, fuí a lavarme los dientes y me subí en el carro, no quería llegar tarde en el primer día (otra vez).

Llegué a la escuela y varias niñas se presentaron conmigo. Algunas eran nuevas también y otras estaban ya en la escuela desde antes. En general me cayeron bien todas las niñas y mi salón también me agradó. No le hubiera cambiado nada a ese primer día de escuela.

Al llegar a mi casa, le conté a mi mamá de lo emocionada que estaba por este año escolar y por esta nueva escuela.

El día siguiente llegué otra vez a mi locker y luego tocó la campana y fui a mi salón. En una clase la maestra me puso a sentarme con un niño, algo de él me llamó la atención, pero no sabía qué era.

-¡Hola!

-Umm ¿Hola?

-Soy Zack
-Silvanna

-¿Y bien? ¿Qué piensas?

-¿Qué pienso de qué?

-De la escuela

-Me ha gustado todo hasta ahora

No sé que tenía Zack, pero era como que sentía que eramos amigos de hace mucho cuando hablaba con él. Me dió una buena primera impresión y ya empezaba a desear su amistad.

Después de algunas semanas, empezamos a hablar cada vez más y más, lo que más me divierte es el humor y lo bromista que él es.

Un día, me pidió si podíamos hablar de algo muy personal suyo, y yo le dije que claro que sí.

-Emm, ¿Cómo digo esto?

-Dime, no juzgo!

-Hay una chica de otro salón....

-Ahaaa......

-Que me gusta mucho, así demasiado

-Ok

-No sé qué hacer.

-Pues ¿Qué planeas hacer?

-Estaba pensando en pedirle....

-¿En serio?

-Si, pero no sé

-Mira, hay dos riesgos, si no le pides, nunca te hubieras enterado de si te hubiera dicho que sí o tal vez no, pero si le pides también tienes que considerar, que hay un riesgo de que te diga que no y salgas lastimado.

-Creo que lo haré

-Bien por ti entonces.


El día siguiente le pregunté a Zack que cómo le fue, y solo miro al suelo.

-Te dije que había un riesgo

-Me friendzoneó

-Si lo siento mucho, pero la vida debe seguir

-Tienes razón

Después de unas semanas, Zack se mejoró y se sintió mejor. Había un sentimiento que yo tenía, eran como mariposas en el estomago o gases. La verdad no tenía idea de qué era, pero no quería empezar a sentir algo por Zack, pues sabía que yo iba a sufrir mucho.

¡Mi vida es una película!Where stories live. Discover now