Yo soy Silvanna

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Silvanna, nombre que se deriva de la voz <<silvanos>> que significa "silvestre", y se puede interpretar como "que viene del bosque", Silvanna; ese es mi nombre.

Yo nací en Canadá, pero cuando era bebé, me llevaron a Los Ángeles, California, dónde viví por casi toda mi vida hasta los doce años. Pues, nos teníamos que mudar, y no mudarnos de casa, si no, mudarnos de país. Me mudaba al otro lado del mundo, Australia, para ser más específica. 

Sí, sufrí mucho cuando dejé mis amistades en Los Ángeles, y mi escuela y todo, pero después de tiempo supe que no sería la última vez que vería a mis amigos y amigas. Cuando entré a la escuela en Australia, todo era diferente a California. Sentía que era una sombra, casi invisible, que nadie me podía ver o tocar, que era como una llave en un candado que no le correspondía, que no encajaba. Recuerdo que mi primer día de escuela fue..... ¡Indescriptible! Pues así comenzó mi primer día de escuela.

-¡Adiós mamá!- dije.

-¡Adiós Silvy!- me respondió.

Estaba lloviendo a cántaros en la ciudad, pero me encanta la lluvia así que no pensé que eso fuera un problema. Finalmente me subí al carro de mi papá y me llevó a la escuela. Resulta que me mandaron mal mis horarios de clase, porque ese día había llegado tarde por 45 minutos. Me bajé y salí corriendo del auto, y de repente me resbalé y se ensució todo mi uniforme nuevo con lodo, y agua de lluvia. Seguía corriendo y le pregunté a una niña que estaba cerca, que cual era mi clase y me dijo que la de hasta el fondo. Fui corriendo y llegué al salón de clases. Me dí cuenta de que no era mi salón, era secundaria. Entré y le pregunté a esa maestra que dónde me tocaba y no me respondió, más bien me envió por un reporte por haber llegado el primer día con el uniforme sucio. Cuando fui por mi reporte, de paso le pregunté a la directora que dónde me tocaba clase, ya que estaba muy perdida porque era nueva. Por fin me llevó a mi salón.

Apenas atravesé esa puerta, me esperaba una pesadilla. Cuando entré a mi salón, todos los alumnos se me quedaron viendo. Sabía que era por mi uniforme, pero tampoco era para tanto. Empezaron a preguntarle a la maestra que por qué me veía como me veía. Solamente porque yo soy de otro país, pero realmente no significa que sea diferente a ellos. En el fondo del salón vi a una niña que se veía amigable, también vi a la niña que me mando a un salón que no era.

En fin, este es solamente un breve resumen de cómo estuvo mi primer día en mi escuela de Australia, pero habían muchos detalles más que no les mencioné. Empecé a encajar con el tiempo, e hice dos amigas, Laura y Miranda. Recuerdo que el día que les dije que me mudaba de vuelta a California, no fue el día más felíz de todos. De hecho, hoy en día también me sigo comunicando con ellas. Pensamos que en un futuro nos volveremos a ver. 




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