Bufo enojada, llamando a Daniel por el celular, esperando que conteste y no me deje sola con esta jauría de sedientos por pisotear a pobres escritores. Relamo mis labios, alzo la mirada, topándome con un grupito de amigas hablando entre ellas, me siento incómoda porque no sé cómo acercarme y preguntarles si ya están abriendo el edificio o no.
—¿Escuchaste? —dice una chica a otra—. Dicen que va a venir Dan1sa y va a participar.
—¡No mientas! —su amiga la empuja por los hombros—. No me lo creo.
—Te lo juro—afirma la morena—. No puedo pensar en topármelo y decirle que amo su última novela.
—¿Te atreverás? —le cuestiona la rubia—. Yo no podría, me daría miedo.
—Lo que me pone curiosa es... ¿quién será su pareja? —se coloca la mano en el mentón—. No ha dicho nada en su Instagram.
—No debe decirlo—susurra, pero alcanzo a escucharla a la perfección—. Porque dicen los rumores que es una escritora novata que solo quiere aprovecharse de su talento y fama.
No escucho más. Mis manos tiemblan, mi ceja sufre un tic nervioso, me muerdo los labios, les sonrío cuando pasan por mi lado, se me quedan viendo por un momento y luego se van sin preguntarme dónde me dirijo y por qué estoy llorando, no me sorprende en realidad, ver a una persona derramando lágrimas en plena calle es normal.
—¿Nat? —su voz se derrite igual que la miel en mis orejas. Subo mi pulgar al cielo, secándome rápidamente los rastros de lágrimas. No voy a llorar, no hoy. Quiero ser mejor, seré mejor.
—Estoy bien—no dejo que me toque. Tomo una inhalación exagerada de oxígeno y la boto por mi nariz de la misma manera. Todo debe salir bien. No me dejaré llevar por el chisme y los rumores. Soy mucho mejor que eso, seré la mejor escritora de todos los tiempos y la gente deberá inclinarse hacia mí.
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Nuevas noticias no puedo soportar este ambiente. ¿Se acuerdan que hace unos segundos dije que iba a ser mucho mejor que los demás? Pues negativo. Solo llegamos y cuando Daniel dijo su username, una horda de escritoras mujeres corrieron como si su vida dependiera de eso hacia nosotros, quedé aplastada entre tantos brazos y piernas.
Me levanto, tratando de estabilizarme y cuando veo, el hombre, mi futuro con patas, ha sido llevado por las otras. Y busco, que busco y no lo encuentro. Para mi buena suerte una agradable chica me ayuda a encontrar el auditorio, entré y vi que todos parecían estar agachados y alabando al rubio, perpleja, parpadeé porque ¿qué clase de persona hace eso? Ni que fuera el regreso de Michael Jackson de la tumba.
—¡¿Quién es el mejor escritor de todos?! —gritó un chico de fondo. Yo solo puedo quedarme con la cara de: ¿qué demonios está pasando aquí?
—¡Dan1sa! —respondieron los otros al unísono. Subiendo y bajando los brazos en señal de alabanza.
—¿Hola? ¿Hay alguien normal aquí? —cuestioné. Mis palabras quedan en el aire, el mismo chico se sube a una silla y vuelve a gritar, pero ahora diciendo "¿Quién nos hace llorar de noche?" y le contestan con un: "¡Dan1sa, Dan1sa!
