Capítulo 7

6.5K 760 30
                                    


Stiles se levantó temprano como de costumbre y cuando noto que era otro día sin esas horribles náuseas de las que había leído cuando busco información sobre embarazos, dio las gracias. Sin náuseas podía desayunar cómodamente sin tener que vomitar hasta lo que comió la semana pasada. De sólo pensarlo le dieron escalofríos y sintió que no sería bueno para su apetito por lo que se concentró en cambiarse para bajar y prepararse algo de comer.

Recordaba que hubieron muchas cosas que no le habían gustado después de leerlas cuando comenzó si investigación, intentó no darle mucha importancia así que fue directo a prestar más atención a las que si le interesaron y que le habían gustado. Una de esas cosas y de las que le habían llamado la atención de manera positiva y de las que ya estaba pasando fueron los antojos.

Si, los antojos.

El caso de que ya los tuviera desde hacía algún tiempo y ni cuenta se había dado ni fue tan importante como saber que podía comer lo que quisiera y que podía llamar a sus amigos para que se lo consiguieran. Había leído en los foros de Internet donde las madres contaban sus experiencias en los comentarios que sus parejas, familiares o amigos cercanos habían tenido que ir a conseguir cosas a horarios que la mayoría de la gente aún dormía cuando debían ir a trabajar horas después. Lo que le sorprendió fue que hubo un hombre que tomó el auto para viajar varios kilómetros para conseguir las fresas que a su esposa mas le gustaban sólo porque eran esas las que quería. Se pasó horas leyendo los comentarios pensando que era maravilloso lo que hacían por esas mujeres.

Entonces, ahora que él está en ese lugar, si pedía algo tendrían que escucharlo porque eso era lo que hacían las personas que eran cercanas a un embarazado, ¿Cierto?.

Con esa resolución en su mente no podía entender porque habían rechazado la idea de ir a buscarle burritos, jalea y helado de menta prefiriendo quedarse a dormir en sus casas. Sólo necesitaba esas cosas para su nueva receta y realmente, realmente las quería. Era algo primordial, si pudiera los buscaría él mismo pero estaba tan cómodo en su propia cama que no quería moverse.

Además ni siquiera era tan temprano, mucha gente estaba despierta a estas horas, que no se notará no significaba que no fuera cierto.

-¿Qué tiene que hacer uno para conseguir algo de comer?-se quejó marcando nuevamente.

Había llamado a Erica pero esta no contestaba, Lydia e Isaac le habían colgado ni bien dijo unas pocas palabras luego de haberle atendido. Si nadie le prestaba atención a su pedido entonces la lista se acortaría hasta que no le quedara nadie y ¿Qué haría entonces?. Cruzó los dedos para que el próximo si le escuchara.

Luego de que esperó lo que le pareció una eternidad le respondieron pero del otro lado de la línea escucho la voz de Liam, lo que le pareció extraño porque estaba seguro de que había llamado al número de Scott. Estaba bastante seguro.

-¿diga?-contestó el chico en medio de un bostezo, estaba medianamente despierto.

-¿Liam? Soy Stiles, ¿Dónde está Scott?-preguntó aprovechando que tenía la guardia baja para sacarle algo de información.

Pasaron unos segundos en silencio absoluto hasta que escuchó un quejido y la voz de su amigo quejándose de dolor y por ser despertado.

Sospechoso.

-¿Stiles?-preguntó su amigo mientras daba un bostezo-¿Estas bien?, ¿Necesitas ayuda con alguna cosa?

Scott parecía preocupado pero en ningún momento dijo nada sobre porqué Liam estaba allí, no podía negar que tenía bastante curiosidad sobre el asunto pero no era el momento adecuado ahora mismo y la razón por la que hizo esa llamada en primer lugar. Su prioridad era alimentarse, más tarde podría sacarle la información que necesitaba.

-necesito un favor-dijo con voz suave para convencerlo

-claro, sólo dime-contestó de acuerdo

-¿Tienes algo para escribir?

De esa manera no tendría escusas para olvidar nada, contento con su ingenio comenzó a dictar.

***

Eran poco más de las cinco de la madrugada cuando golpearon la puerta, Stiles aún en pijama y con una manta sobre los hombros abrió la puerta con prisa y ni bien vio las bolsas de compras se las arrancó prácticamente de los brazos al lobo que las sostenía. Caminó apresuradamente con dirección a la cocina dejando la puerta abierta para que entraran, conocían su casa no iban a perderse si no los acompañaba.

Scott entró jalando a un medio dormido Liam hacia adentro y siguió al castaño sin decir una palabra, lo vio prepararse lo que consideró que era el desayuno de esa mañana, ignorando que fuera lo más extraño que había visto en su vida, y comerlo con felicidad. No fue hasta que terminó medio plato que les saludó y mientras seguía comiendo comenzó a quejarse de aquellos que habían osado a cortarle la llamada cerca de las cuatro de la madrugada.

Según el castaño habian resultado ser malos amigos cuando se los necesitaba, que lo que les había pedido no era la gran cosa y por lo tanto no era difícil de llevarse a cabo por lo que no entendía porque no quisieron hacer esta pequeña cosita por él. El les hubiera prestado atención, podía haber pedido las cosas por Internet y pagarlas antes de mandarlas a su dirección porque se consideraba un buen amigo.

-si tenías esa opción entonces porque no lo has hecho tú-preguntó Scott. Si a él se le hubiera ocurrido eso no hubiese tenido que levantarse tan temprano a buscar una tienda que estuviera abierta las 24 horas.

-¿Porqué Liam contestó tu celular cuando te llamé?-le devolvió

De esa manera comenzó a interrogarlo. Pregunta tras otra la cara de Scott se ponia cada vez mas roja y cuando Liam decidió salir huyendo por su propio bien, Scott decidió seguir sus pasos. Stiles felizmente los siguió hasta la puerta de entrada para gritarles que tenían su bendición si lo nombraban su padrino de boda.

Ninguno quiso volver a su casa después de eso.

Nadie me lleva la contraria, chuchos.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz