Capítulo 1

14.2K 1.2K 95
                                    


Desde aquel incidente con la bruja había pasado dos angustiosos días en los que Derek se mantuvo firme al lado de Stiles haciendo guardia. Se había dedicado a cuidar de él y que fuera al primero que viera cuando despertara.

A pesar de que mantenía informado al resto mientras estaba en la residencia Stilinski, los adolescentes se quejaron en más de una ocasión de que "todo bien" enviado en un mensaje de texto no era suficiente para ellos por lo que vio a miembros de la manada pasarse por la casa del chico para ver su condición en ese tiempo. Derek no pudo hacer ni hizo nada al respecto, no había mucho que informar sin importar cuando se quejaran pero entendía su preocupación por lo que cuando alguno de ellos llegaba a veces aprovechaba para cubrir sus necesidades básicas sin sentirse inquieto por dejarlo sólo unos minutos.

Esos dos días John habia estado teniendo problemas para dormir bien, aún así iba a trabajar como todos los días. Derek a menudo le dejaba preparada una comida saludable para cuando regresara, tenía que mantener sano a el padre de Stiles tal y como el propio Stiles lo haría.

Durante todo este tiempo los minutos le habían pasado tan lentos como en ningún otro momento de su vida. Ver las horas pasar fueron también una tortura pero no tenía control sobre eso por lo que no podía hacer nada tampoco.

La madrugada del tercer día iba llegando a su fin y el cielo comenzaba a pintarse con los colores de un mañana que parecía ser prometedor. Sin duda sería un gran día.

Derek se había despertado desde hace poco menos de una hora con la sensación de que caería de la silla en la que se había quedado dormido sin darse cuenta, sabía que ahora ya no podría conciliar el sueño por lo que no lo intento tampoco. Mientras tanto, los rayos de luz comenzaban a iluminar la habitación en penumbras sacandolo del rincón oscuro en el que se encontraba. Cualquiera que lo viera de repente se llevaría el susto de su vida.

Pero el tenía los ojos puestos en Stiles con mucha concentración.

Quizás estaba teniendo una alucinación por el cansancio o tal vez era por la gran necesidad que tenia de volver real sus deseos pero jura que vio uno de sus dedos moviéndose, fue algo tan sutil que pasaría desapercibido para cualquiera que no estuviera prestando atención. Pero él estaba atento.

Incluso aunque no hubiera sido real, si había la más mínima posibilidad de que realmente sucediera no podía descartarlo. Algo tan importante no podía pasarse por alto así que pasó los siguientes minutos observando, buscando un movimiento aunque fuera insignificante. Eso sería suficiente para él. Cuando pasaron más de diez minutos sin resultados se cruzó de brazos pero no dejó de mirar ni por un instante, incluso cuando llegó a los quince tampoco dejó de mirar.

Mientras pasaban esos interminables minutos también estaba concentrado en escuchar con atención su respirar, el constante y acompanzado latido de su corazón e incluso respiraba profundamente el aroma que se concentraba en la habitación con normalidad. se refregó los ojos con cansancio y bostezó, ¿Habría sido su imaginación después de todo? ¿Podría haberse equivocado?

No, ese no era el caso.

-ahí está de nuevo-se dijo cuando lo vio moverse nuevamente. Esta vez no había movido el dedo como la primera vez sino qur había fruncido ligeramente el ceño. Algo pequeño pero de gran importancia.

La felicidad inmediatamente inundó su sistema y se levantó sin dudar de la silla para acercarse a la cama y ver mejor, se sentó a su lado mientras acariciaba su cabello con lentitud y suavidad. Entonces pregunto con voz baja-¿Stiles?

No obtuvo ninguna respuesta pero eso no lo detuvo, mientras su corazón latía rápidamente por la emoción se animó a hablar de nuevo con el mismo tono de voz.

-Stiles, ¿me escuchas?

Stiles no respondió con palabras ni abrió sus ojos pero si volvió a fruncir el ceño.

Podría reír en voz alta en ese momento, realmente podría. Stiles parecía entender que estaba allí con él y al escucharlo, si la suerte estaba de su lado entonces no debería tardar en despertar como habían estado esperando. Más animado que antes continuó con sus esfuerzos.

-tienes que despertar Stiles, todos quieren verte de nuevo-le dijo con calma-quiero escucharte hablar como siempre haces incluso si es por varias horas sin detenerte

Aunque lo dijo así realmente no le molestaba escucharlo, le gustaba su voz.

Oyó su teléfono celular sonar pero no le presto atención; era un mensaje, podia leerlo luego cuando el momento no fuera tan importante como lo era ahora. Si fuera algi realmente grave lo llamarían.

Ah, pero la persona que había decidido mandarle mensajes era alguien persistente y mandó uno nuevo después del primero, no le importó y volvió a ignorarlo. Pero cuando el tercer y cuarto mensaje llegaron, Derek comenzó a pensar en que podría cortarle las manos a ese alguien si volvía a mandarle algo a su número de nuevo. Volvió a ignorar las cosas mientras dejaba que los mensajes se acumularan para ser leídos más tarde.

Los mensajes se detuvieron entonces.

O eso creyó cuando los mensajes  comenzaron a llegar uno tras otro, sin parar y de manera casi ininterrumpida. No creía que una persona pudiera escribir algo tan rápido y enviarlo de la misma manera hasta ese momento. ¿Quién demonios tenía tanto tiempo libre como para molestarlo ahora mismo? ¿Quién en su sano juicio decidía por voluntad propia que molestarlo no traería sus consecuencias mas tarde? La respuesta llegó por sí misma cuando decidió moverse, tomar su celular que aún estaba cargando y ver el remitente.

Peter Hale.

¿Y ahora que era lo que quería de él?

Frunció el ceño con molestia, tenía la idea de que su tío había decidido salir de Beacon Hills por asuntos personales que no intentó averiguar, al mismo tiempo su tío tampoco le dijo absolutamente nada sobre ello y no se molestó más por el asunto. Pero ahora le mandaba mensajes como si no tuviera nada mejor que hacer, como si acosarlo de esta manera fuera algo entreyenido de hacer o una manera de relajarse. Estaba enojado y estaba seguro de que tenía razón para estarlo pero si seguía apretando el celular en su mano lo rompería y no quería tener que comprar uno nuevo aunque no tuviera problemas para hacerlo. Cuando el celular comenzó con una nueva tanda de mensajes estuvo tentado a tirarlo por la ventana, realmente muy pero muy tentado.

-deberías responder, parece algo urgente

Esto lo había tomado con la guardia baja pero había esperado mucho para escuchar esa voz nuevamente.

Nadie me lleva la contraria, chuchos.Where stories live. Discover now