¿Quién es él?

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Luego de dar varias vueltas por la residencia, sin mencionar los fallidos intentos por localizar la habitación del idol, por fin encontró lo que creyó que debería ser su cuarto, como toda una mujer educada con los mejores tutores en cuanto a modales se refiere entra a la habitación sin tocar, encontrando al castaño acostado con los audiculares puestos y los ojos cerrados, por los que se acercó hasta su cama.

-Fuuto- lo movió ligeramente para despertarlo.

Pero sin que pudiera tener tiempo de reaccionar él toma su mano y la jala haciendo que quede acostada en la cama mientras él la acorrala colocando sus manos a cada lado de su cabeza, al igual que sus piernas están a los lados de su cuerpo.

-¿No te han dicho que no debes entrar en la habitación de un hombre?

Ella rio divertida.

-Si ya me lo han dicho varias veces pero nunca aprendo.
-Tienes demasiada confianza ¿No?- recorrió todas las facciones de su rostro deteniéndose en su labios- ¿No sabes que puedes terminar siendo devorada si entras en la boca del lobo?

Ella ni se inmuta cuando el idol comenzo a acercarse peligrosamente a sus labios, solo sonrió y antes de que él se diera cuenta ella había invertido los papeles, pero en vez de acorralarlo ella le había hecho una llave dejandole inmóvil en su cama.

-¿No sabes que no debes juzgar a las inocentes ovejitas? Tal vez  hayan practicado defensa personal durante años.

El idol sólo chasqueo la lengua captando el mensaje mientra ella lo soltó.

-¿Y como iba yo a saber que sabes defenderte?- decía fastidiado mientras se sentaba en su cama.
-Por eso no debes juzgar, normalmente no hago nada que implique un alto riesgo- se sentó también en la cama pero recostandose contra la pared.
-¿Y lo de ayer?
-Eso no cuenta, donde iba a saber que nos reconocerian a ambos, si cuando fuimos al cine no lo hicieron- se defendió.
-Si claro- rodó los ojos- ahora dime ¿Qué quieres?
-Nada en concreto, sólo vine a ver que hacías aquí sólo.
-Me gusta estar solo, deberías saber después de estar siempre rodeado de personas estar un rato sólo es algo que no se consigue con facilidad, además quería disfrutar mis últimos momentos de libertad.
-Es verdad mañana ya empiezas a trabajar- hizo una pausa mirando al techo- sabes, en mi caso estar sola luego de un largo día de trabajo era mi única opción antes- negó levemente la cabeza- incluso mucho antes de comenzar a trabajar eso era mi única opción por eso- posó su orbes celeste en la mirada del castaño quien la escuchaba atentamente- estar acá con tus hermanos es una de las experiencias que más agradezco- le sonrió- cada día es muy divertido y la casa nunca está silenciosa es lo que más que agrada de vivir acá, por eso nunca seré capaz de agradecerles por completo que me hayan dejando quedar acá y menos a Miwa por haberme obligado prácticamente a aceptar su ofrecimiento de vivir con ustedes sus preciados hijos- término de hablar mientras se levantaba de la cama.

El idol no dijo nada al sentir toda la soledad en aquellas palabras.

-En fin dejando eso de lado- camino hasta la puerta- deja de ser un hermitaño y sal a convivir con nosotros.

Salió de la habitación antes de escuchar algún reclamos del castaño.

Al cabo de unas horas todos regresaron a la residencia trayendo consigo diferentes paquetes envueltos que fueron a parar en las manos de la modelo quien los recibió con una sonrisa, luego de agradecer a cada uno dándoles un beso en la mejilla llevo sus regalos ya revisados a su habitación con ayuda del escritor, quien al dejar las cosas en su cama le dijo que era mejor comenzar a prepararse para ir al restaurante por lo que saco la ropa que le había comprado su amigo y lo extendió en la cama, al terminar de darse una ducha se vistió.

La Huésped de los Asahina. (Brother Conflict)Where stories live. Discover now