Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]

7.

Al poco rato Matt logró dejar de llorar al igual que yo y se apartó de mi lado.

— Tu eres lo más cercano a, Jack, que tengo, te amo tanto, no puedo imaginar un mundo en el que pierda a alguno de los dos.

— Lo sé, princesa —limpia mis lágrimas— ya no llores cariño, él saldrá de esta, cree tus palabras y no pierdas la esperanza, Clarissa.

— Tan solo estaba recordando la primera vez que me dijo que me amaba —sollozo — necesito...

— Dejar de ser tan celosa —dijo mi mejor amigo riendo— esas chicas de la cascada eran bellísimas, pero, Jack, se volvió tonto cuando te conoció, no tenía ojos para nadie más y tú lo sabes, por eso ni siquiera yo pude imaginar que algo así te hiciera enojar cuando siempre molestabas de vuelta.

Sonreí entre lágrimas, Matt, tenía razón, pero era inevitable, cuando alguien tan perfecto llega a tu vida el miedo de perderle es constante. Muchas veces mientras miraba a mi alrededor me sentía inferior, para mis padres siempre lo era y cuando, Jack, llegó y vio algo distinto era imposible de creer.

— Iré a verlo — dije decidida y me fui a vestir.

Una nueva fuerza se había apoderado de mí, debía dejar de auto compadecerme y la mirada cargada de orgullo de mi mejor amigo no hacía más que probar mi punto.

Mientras escogía qué ponerme me repetía una y otra vez que no debía quebrarme, que debía ver a, Jack, por todo lo que había sido y no por su cuerpo prácticamente inerte.

— Lista señorita de, Crow — Reí ante esa forma de llamarme.

— Lista señor, Carter.

Salimos de casa, el trayecto al hospital fue demasiado corto, no me sentía lista, tenía miedo, pero si no iba ahora ¿Cuándo sería el momento adecuado? No podía simplemente obviar las circunstancias, mi amor por él no debía ser egoísta.

Entré a paso firme y aunque el hospital era enorme, sentía que me asfixiaba.

— Clary, ¿estás bien?

— Necesito verlo, Matt — veo a la Secretaría — Estoy buscando a, Jackson Crow.

— Es uno de mis pacientes —se acercó un doctor a nosotros — iba para allá, si gustan me siguen.

Matt, le dio una mirada que no pude descifrar del todo, pero era de recelo y desconfianza, extrañada sin decir nada tomé su mano luego le preguntaría qué sucedía.

— Vamos —dije apretando delicadamente su mano.

— Si, princesa.

Seguimos al doctor en silencio, cada uno sumergido en sus propios pensamientos. Podría sonar tonta en este momento, pero deseaba que, Jack, si fuera la bella durmiente, que despertara de su largo sueño gracias a un beso de amor verdadero para ser más específicos gracias a que yo le besara, pero Disney es cruel, nos hace creer en cuentos de hadas cuando la vida se compone mayormente de desgracias.