Jimin lo observó durante varios segundos, una mirada vaga como si intentara descubrir porque estaba allí. Fue una sensación incómoda.
— ¿Todo bien, Jungkook?
— Podría preguntarte lo mismo. Te ves agotado.
Vacilando, avanzo en pasos cortos hacia él. Pudo notar los músculos del rostro de Jimin contraerse.
— Estoy bien – Tomó al niño en brazos y se levantó — No alcancé a hacer la cena.
— Puedo encargarme, vete a dormir.
Finalmente comenzó a sentirse culpable. No había sido más que un peso extra para Jimin desde que perdió el trabajo, y aún así, nunca le había reclamado. Sintió pena por esos ojos cansados, la responsabilidad de adultos a veces le hacía olvidar que seguían siendo demasiado jóvenes, Jimin cumpliría veintitrés años, cualquier chico a esa edad estaría en la universidad, embriagándose y desvelándose por proyectos, no por el esfuerzo de mantener un hogar y cuidar de un hijo.
Jimin lo había hecho todo él solo. Durante tres años.
En silencio siguió a su esposo al segundo piso. Estaba arropando al niño con una radiante sonrisa, derramando lo último de su energía en su hijo.
Jungkook apretó los labios cuando Jimin lo descubrió de pie en la puerta. Una mirada desconfiada mientras se acercaba, no pudo contener la mueca mientras cerraba la puerta.
— ¿Necesitas algo, Jungkook?
El timbre rasposo le indicó el nivel de agotamiento. Su pecho se oprimió.
— Que vayas a descansar.
Los ojos claros se abrieron en sorpresa, Jungkook se sintió un poco ofendido, dándose cuenta que Jimin dudaba de su preocupación. No podía culparlo, era hipócrita sentirse ofendido, ese hecho no desapareció la presión de su pecho, solo la intensificó.
— ¿De verdad estás bien?
No pudo responder. Un inexplicable nudo comenzo a formarse en su garganta. Solo pudo asentir, su esposo susurró un "esta bien" antes de desaparecer rumbo a la habitación.
Las luces se apagaron.
Nadie estaba esperando por él en esa casa. No había nada para él alli, nada de buenos días ni un ¿cómo estás? Esa pequeña familia no era suya, la había abandonado y se habían cansado de esperarlo.
Nadie lo necesitaba. Nadie lo llamaría papá. No habría charlas en el trabajo sobre matrimonio o hijos. No habría discusiones sobre fiestas de cumpleaños... ¡Jungkook ni siquiera estuvo presente en las fiestas de su hijo! ¡En tres años!
¿Que mierda hizo en tres años?
Se aferró a la pared mareado. Observó las fotos; Jimin, el niño, fotografías de momentos en los que Jungkook nunca estuvo interesado: el nacimiento de su propio hijo, su primer cumpleaños... no había rastro suyo por ningún lado.
Alcanzó un retrato de Jimin junto al niño. Un globo en forma del número uno flotaba a un costado, el niño tenía betún en el rostro y miraba a Jimin con una sonrisa, fue capaz de percibir el amor en su mirada, una devoción única y verdadera.
Perfecta. Esa foto era perfecta.
¿Por qué se sentía como si lo golpearan directo en el pecho y se quedara sin aire? ¿Por qué dolía tanto si esto era lo que siempre buscó?
Se dio cuenta que estaba llorando cuando una lágrima golpeó el cristal. Luego un sollozo y finalmente se rompió. En soledad, en la oscuridad, la verdad mostrándose más clara que nunca.
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Te presento a tu hijo KOOKMIN
FanfictionJungKook no quería ser padre, ni mucho menos casarse. Ahora tiene que pasar tiempo en una casa donde es un extraño, con un esposo y un hijo que han hecho una vida de la que él, no es parte. •kookmin •mpreg •rom-com •leve violencia intrafamiliar •Pro...
