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Los miembros de BTS habían terminado de cenar. Todos se fueron exhaustos a sus respectivas habitaciones compartidas: NamJoon y SeokJin, TaeHyung y JungKook, HoSeok y JiMin y por último YoonGi solo.
Todos dormían pues, era ya la 1:56 de la madrugada... bueno, no. Solo una persona no lograba conciliar el sueño, Park JiMin...
Ese 13 de Octubre a la madrugada, llovía torrencialmente en toda la capital de Seúl, asustando al indefenso y adorable rubio que yacía bajo las suaves sábanas amarillo pastel que decoraban su cama, abrigándolo mas no protegiéndolo del miedo que sentía en aquellos instantes... cada trueno producía sollozos bajos y temblores temerosos de parte de JiMin, al cual ya le ardían los ojos de llorar y le quemaba la cabeza por el dolor.
Necesitaba un abrazo...
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Lenta y cautelosamente, con el objetivo de no despertar a HoSeok, agarró su manta amarilla, su mullida almohada y salió de su habitación procurando no tropezar con nada que pudiera haber en el piso.
A paso veloz pero cuidadoso llegó a la recámara de su Hyung favorito, Min YoonGi. Abrió la puerta, sin hacer mucho ruido y se acercó a la cama del de cabellos menta.
Otro trueno se escuchó, el más fuerte hasta ahora. JiMin se agachó y cubrió su cabeza y tapó su boca, volviendo a llorar. YoonGi despertó alarmado debido al estruendoso ruido producido por la naturaleza y el latigazo que daba el cielo en forma de rayo.
Se refregó los ojos y logró escuchar unos ahogados sollozos cerca suyo. Se acercó a la orilla de su cama y, en el suelo, vio a un lloroso JiMin, asustado y tembloroso.
—¿JiMinnie?- el mayor se acomodó en la cama, haciendo espacio para el menor. Palmeó suavemente el lugar desocupado, invitándolo a acostarse junto a él, cosa a la que el rubio no se negó en lo absoluto.
—H-hyung..- hipó- t-tengo miedo- lloró JiMin, haciendo su voz más aguda a medida que las palabras salían de sus labios. El chico volvió a hipar y se acurrucó contra el tibio pecho de su Hyung, el cual le brindaba calor y protección en un hermoso abrazo.- No me gustan las tormentas, YoonGi Hyung.
—Tranquilo bebé. Aquí estoy yo, pequeño.- el mayor juntó su boca con la del menor formando un casto beso.
Sus labios se movían lentamente. Las manos de JiMin acariciaban los cortos cabellos de la nuca de YoonGi, quien abrazaba su cinturita.
Esa madrugada, JiMin durmió entre besos y mimos que le daba su Hyung, aquellos de los que no se cansaba y disfrutaba al máximo.
Esos que hacían su estómago revolotear y que lograban que su corazón se agitase, sus manos piquen por abrazar al mayor y que sus labios ardan por besar los finos y rosados labios de YoonGi, a pesar de haberlos probado millones de veces.
Esa noche, como muchas otras, JiMin y YoonGi durmieron en la misma cama.
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