Capítulo 35

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Había dormido hasta tarde escribiendo respuestas y como toda acción tiene una consecuencia ponerme de pie la mañana siguiente fue todo un reto

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Había dormido hasta tarde escribiendo respuestas y como toda acción tiene una consecuencia ponerme de pie la mañana siguiente fue todo un reto. Gracias a Dios el café me ayudó a echar a andar la cabeza y no quedarme flojeando todo el día en la cama, como me hubiera gustado.

Lo único malo es que las noticias esa mañana en lugar de ponerme viva comenzaron a arrullarme. Estaba comenzando a preguntarme si de verdad había una buena razón para alejarme de mi dormitorio ese día. Escuchar entrevistas de todos lo candidatos en el espacio informativo no me pareció una.

Suspiré cansada de muchas cosas, sobre todo de no tener nada que hacer. De un tiempo para acá tenía ese problema, sentirme en un círculo vicioso de lo más aburrido. Debía alejarme del ocio o terminaría loca en menos tiempo de lo que tenía en mente. Que aquí entre nos tampoco era mucho.

¿Qué podía hacer? Pensé en escribir otro libro, pero no tenía ideas para él. Quizás si durmiera más tendría otro sueño que me dictara la trama... Margarita, deja de pensar en dormir.

¿Inscribirme en otro curso? Dios, la idea no era mala, pero definitivamente la descarté. Para esas cosas había que ser responsable y constante todos los días, y a mí el sentimiento me duraba apenas un rato. Me conocía, terminaría echando todo por la borda a la segunda semana.

Mientras busqué en que entretenerme escuché el pronóstico del tiempo. No entendía cómo podía hacer tanto frío en esa temporada, en mis tiempos para esos meses el calor era insoportable. El clima estaba loco, un día parecía un helado puesto al sol, el otro un cubo de hielo de la nevera. Consideré haberme equivocado de mes, pero no, estaba loca pero no tanto.

Tampoco podía presumir de ubicar muy bien los días. Si recordaba en qué época vivía era porque tenía presentes las fechas importantes, esos eventos que sólo se repetían una vez al año y que no debía olvidar. Por ejemplo, el día de reyes, la independencia, el día de muertos, la graduación, mi cumpleaños, el cumpleaños de la señora de esquina, el cumpleaños de... ¡Madre mía!

¿Cómo lo había olvidado?

Ese día era el cumpleaños de Natalia.

🔹🔸🔹🔸

Carlos llegó a casa a las tres de la tarde, como todos los días, pero por los nervios me había parecido que se había tardado más de la cuenta. Llevaba un rato regañándome por ser tan olvidadiza, y como ya no me soportaba, apenas puso un pie dentro de casa corrí, eso es un decir, a su encuentro. Ni siquiera le permití dejar el maletín antes de soltarle todo lo que traía en la cabeza.

—¡Carlos! ¿Sabes qué día es hoy? —pregunté lo más rápido que pude. No se me atoró la lengua de puro milagro. Lo vi dejar sus cosas sin prisa antes de contestar.

Margaret perdida en WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora