Capitulo 14

3.8K 231 6
                                    


Había amanecido, llovía y las gotas de agua golpeaban los cristales de las ventanas, Sakura abrió los ojos lentamente sintiendo algo cálido y delicioso a su lado, el pecho pálido de su marido se divisó rápidamente y la hizo abrir aún más los ojos. ¿Él aun dormía? ¿Sasuke? Se espabiló un poco más y lo confirmó, estaba totalmente dormido, su pecho subía y bajaba de forma sutil, su respiración pausada y ese rostro sin expresión. Era sencillamente hermoso. Sasuke se movió al parecer advirtiendo su cambio de postura y la estrechó entre su brazo derecho, una sensación tierna se alojó en el pecho de la pelirrosa y sonrió levemente admirándolo, su marido era como el mar, hermoso y apacible, en ocasiones fiero, apasionado y definitivamente cuando se enojaba podía ocasionar mucho daño... Se mordió los labios, no había esperado que él llegara hasta allí después de todo, pero no quería alejarse de él.

La noche anterior le había hecho una confesión, en ese momento lo corroboró, nunca quiso explorar el exterior en realidad su fascinación por conocer y vivir aventuras siempre estuvo ligado a él... A Sasuke Uchiha, quien le había dado su primer beso, quien le había marcado desde que los desposaron... Suspiró subiendo la mirada encontrándose con la oscuridad de su mirada, él la veía fijamente sin hablar, al parecer sabiendo lo que ella pensaba, no se había molestado en acomodarse los mechones rebeldes de su cabello contra su rostro, solo estaba inmóvil observándola con una mirada profunda y fascinante.

Ella no se movió, solo encontró su mirada con la de él y parecieron perderse en los ojos del otro, él se movió primero, se acercó hasta ella y le alzó el rostro besándola con una lentitud tan deliciosa como frustrante, las manos de Sakura se entumecieron y sintió los dedos de él enroscándose entre los suyos. Se alzó sobre ella volviendo a hundirle la cabeza contra la almohada, se dejó caer suavemente aplastándole los pechos y ella suspiró complacida, sus mejillas empezaron a sonrojarse al sentir entre sus muslos la creciente erección de su marido.

¿Podemos cuando el sol apenas está saliendo? – Susurró con una curiosidad propia. Él se acercó a su oído deslizando los dedos entre sus piernas acariciando en medio de estas con sus dedos. - Cada que queramos, no importa si es de día o noche, si llueve o está soleado, si hay frio o calor, solo somos tu y yo... Ahora, te necesito –

La voz de su marido parecía un susurro sensual de un ángel caído, cada oración despertó en ella la pasión de su carne. - ¿Podemos cuando queramos? – Repitió entre gemidos - Cuando queramos – Corroboró él introduciéndole los dedos haciéndola curvar – Demonios... Me encanta la forma como te entregas Sakura...

La noche anterior se había mostrado segura de lo que quería, pero ahora, aunque la luz estaba tenue gracias a la lluvia, sabía que era de día, que el sol estaba arriba y no se sentía en la comodidad de la oscuridad. La pequeña boca de ella se abrió con timidez y Sasuke la abordó con su lengua, la sensación de su movimiento la excitó e hizo que moviera las caderas contra sus dedos, Sasuke maldijo entre dientes decidido a hacerla gozar de la sensación.

El ruido de la puerta los hizo advertir que alguien entraba y un segundo después el chillido atronador propio del grito de una mujer confirmó sus sospechas. Sakura se escondió detrás de los hombros de su marido y este a su vez volvió el rostro hacia la dama en la puerta, la rubia se quedó perpleja.

- Es una rubia – Susurro Sasuke - ¿Ino? – Prácticamente gritó Sakura asomándose detrás del hombro de su marido. La rubia estaba totalmente ruborizada y se cubría la boca con las manos. - Sa... Saku... – La pelirrosa se sujetó de los brazos de Sasuke y este volvió la vista hacia la rubia. - ¿Podrías salir un momento por favor? –

Ino salió cerrando la puerta prácticamente absorta en la imagen que contemplaba. El silencio invadió la habitación después de eso, Sakura tenía la cara tan roja que parecía un tomate, subió la mirada y se encontró con una sonrisa burlona en los labios de su marido confundiéndola aún más.

¿Qué es tan gracioso? – lo miró confundida. - ¿Vas a decirle a esa mujer que estas casada con un pirata señorita? – Ella rodó los ojos mordiéndose los labios – Debo decirle que estoy casada contigo o correré el riesgo de que me tomen por libertina y sea tachada por la sociedad... - Sasuke perdió la sonrisa de sus labios. - No le diré que eres un pirata Sasuke... - Él alzó la ceja – No creo que se vayan a creer que soy alguien de la categoría del varón – Ella sonrió - ¿Estas celoso? – - Terriblemente – Le correspondió la sonrisa - Ino es la curandera de papá, se ha vuelto una gran amiga durante estos meses –

Él se levantó poniéndose las prendas esparcidas por todo el piso. – Eso no quiere decir que sea buena guardando secretos, Sakura... Ten cuidado con lo que le vas a decir – - Tendré cuidado Sasuke... –

Él la ayudó a poner el vestido con cuidado, Sakura estaba nerviosa, no sabía que iba a decirle a Ino, pero indudablemente tendría que decirle que estaba casada, caminó movida por sus pensamientos hacia la puerta y de pronto vio como una mano volvía a cerrarla, Sasuke la giró hacia sí mismo y la miró a los ojos profundamente, el corazón de la pelirrosa empezó a palpitar como loco en su pecho y él sonrió levemente.

Puedo confiar en ti ¿verdad? – Ella bajó la mirada y sintió su frente chocar contra el pecho de su marido. - Siempre - Sakura salió al pasillo y un momento la abordó la rubia metiéndola a una de las habitaciones

- ¿Qué es lo que pasa contigo Saku? ¿Quién es ese hombre? – Sakura bajó la mirada ruborizándose nuevamente. - Ino... No te lo dije antes, pero estoy casada – - ¿Casada? – Gritó la rubia haciendo drama - ¡Mientes! – - Por supuesto que no Ino... Estoy casada con el hombre que viste... –

Ino se quedó perpleja por unos momentos y luego sonrió levemente, Sakura no supo que pensar hasta que la rubia gritó a todo pulmón abrazándola. - ¡Oh por Dios! ¡Es tan guapo! Y tiene unas nalgas tan... – Paró en seco al notar la mirada de su amiga – Lo siento Saku pero no puedo callar eso... Digo ya lo debiste haber notado – Se carcajeó tontamente. Para no ser una mujer casada la rubia parecía saber más que ella sobre esos temas, Ino pareció quedar satisfecha con esa explicación y un momento después la pelirrosa caminaba hacia la habitación de su padre

Al entrar quedó perpleja, su marido estaba de brazos cruzados frente a su padre quien yacía en la cama, parecía que estaban manteniendo una conversación muy importante porque ambos callaron al verla, luego su marido volvió la vista a su suegro. - Venía a decírtelo – Su padre sonrió levemente y palmeó a su lado. – Ven hija... Ha llegado el momento de contarte una vieja historia... 

la esposa del pirataWhere stories live. Discover now