Capítulo 4.-

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Capítulo patrocinado por la firma del acuerdo del fin de la guerra entre las dos Coreas y el movimiento One Korea que incluirá una canción en la que Jungkook participará. 

Las noches sin Taehyung eran siempre demasiado largas y frías.

Incluso cuando estaba de misión en países donde la temperatura más bajo era los 30° grados, Jungkook siempre sentía frío al momento de cerrar los ojos y no sentir a su lado el cálido cuerpo de Taehyung. Luego de tantos años juntos, de acostumbrarse a las manías de Tae y él a las suyas, le resultaba casi doloroso dormir sin él.

Habían sido miles de noches juntos, no sólo las que habían compartido en el ejército, sino también aquellas noches durante su adolescencia en las que Taehyung se colaba por su ventana para dormir a su lado mientras el mundo seguía girando fuera de su habitación, ninguno de sus padres sospechando lo que su hijo hacía con el vecino.

Habían convertido el dormir en los brazos del otro en un gesto tan íntimo como hacer el amor, sino es que más. Velar el sueño de Tae era su manera de decirle que le amaba.

Por eso esa mañana se había levantado sintiendo su cuerpo cansado y entumecido, dormirse le había costado más de lo normal y no fue hasta altas horas de la madrugada que Jungkook consiguió cerrar los ojos y no volver a abrirlos hasta las 10 am; una hora poco común para él, que estaba acostumbrado a los exigentes horarios del ejército.

Aunque eso poco importaba cuando volvía a caer en cuenta de que Taehyung no dormía a su lado, de que no compartirían un desayuno juntos y que, lo que se suponía sería un día para disfrutar de su descanso, ser una pareja normal, salir a comer, ver películas... que todo eso se evaporaba para dejar solo a un Jungkook que vagaría por casa como un fantasma.

Pero, ¿cómo podía rendirse así, tan fácil?

Era un capitán condecorado y que se había entrenado para hacer frente a las situaciones de mayor peligro, ¿cómo podía no hacer frente al silencio de su novio? No era un cobarde; se había enfrentado a terroristas y asesinos de élite, había cruzado campos minados y también sobrevivido a explosiones... ¿cómo podría ser un cobarde con la persona que amaba?

Tenía que hacer algo... por Taehyung, por su relación.

Bajo esa idea, sólo tenía que conseguir un par de cosas y luego ir a buscar a Taehyung hasta el cuartel, conocía tan bien a su novio que sabía que no iría a ningún lugar. Sí, no tenía que perder el tiempo.

Casi tres horas después, no deja de sentir que todavía faltaba algo, algo especial para lo que estaba planeando hacer por su novio. Quería tener una cita con Taehyung, poder salir de casa para tomarse de las manos por los callejones de la ciudad. Quería poder besarlo sin tener que sentir que debía ser a escondidas; una cita era el plan perfecto.

Ahora sólo le faltaba una cosa.

.- ¿Nonna? ¿Cómo has estado? – su voz tembló un poco cuando la línea indicó que habían contestado, ella era la indicada para ayudarlo.

.- ¿Kook? He tenido mejores días, tengo una resaca del infierno – la voz sonaba algo lejana, por lo que a Jungkook le costó algo entender lo que ella decía, seguramente ella seguía enredada en las sábanas – No esperaba que me llamaras, ¿ha sucedido algo?

Jungkook se mordió el labio mientras se detenía en una esquina, la visión fugaz de un hombre con uniforme militar le sacudió el corazón: .- No, no... simplemente quería tu ayuda.

.- ¿Para qué soy buena, pseudo hermanito? – ella suena divertida, su voz adquiriendo un tono muy similar al de Taehyung - ¿El imbécil de hermano ha hecho algo? ¿O necesitas que nos deshagamos de alguien? Sé esconder cadáveres...

Sin identidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora