XLI

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"—Respira, despacio, tranquilo —sonrió cálidamente una joven pelirroja.
Dio varias bocanadas de aire, mirándola horrorizado.
No sabía donde estaba, quien era, o quien era ella.
—Tranquilo —le dijo colocando una de sus manos sobre el pecho del muchacho—. Sé que debes sentirte muy asustado, confundido. Pero nada malo te ocurrirá. ¿De acuerdo?
Intentó hablar, pero su boca estaba seca.
—Oh, debes tener sed, espera —pronunció ella antes de irse por un momento, y regresar con un vaso de agua—. Bebe despacio.
Lo ayudó a sentarse, y el muchacho tomó el vaso, le dio un sorbo, e intentó aclarar su garganta.
—¿Q-Quién eres?
—Mi nombre Melanie Metzler, y te he creado a ti. Para que seas mi compañero, Max —sonrió."

Observó su cuerpo, ella parecía dormida, dormida en un sueño que parecía del cual, no despertaría jamás.

"Sonrió, y lo tomó del rostro con ambas manos, antes de besarlo.
El pelirrojo pasó sus manos desde su cintura, hacia su espalda, abrazándola él.
—Feliz navidad, mi amor —sonrió cálidamente Melanie, acariciando una de sus mejillas.
—Feliz navidad, hermosa —le dijo antes de volver a besarla.
Y aquel día, festejaban más que aquella fiesta, tambien su boda."

Observó el anillo en su mano, y se sintió deshecho. Si tan solo ella, pudiese saber la falta que le hacía. Cuanto la necesitaba.

"—Quiero probar esto.
—Pero es peligroso. Melanie entiende, si yo te pierdo... No sé que sería de mi —le dijo afligido, suplicante—. Jamás te he pedido nada, sabes que te he apoyado en todo. Pero por favor, no hagas esto.
—Max, si lo logro, podremos estar juntos para siempre. ¿No quieres eso, amor?
—Yo lo único que quiero, es no perderte."

-o-o-o-o-

—Gian, me alegra mucho verte aquí de nuevo —sonrió.
—A mi no, ¿Y quieres saber por qué? ¡Por que me alejaste de la persona que quiero! —exclamó con rabia—. Imagina que alguien te alejara de Nina, Noah. ¿Cómo te sentirías?
—Les di la posibilidad de vivir ambos aquí.
—¡Pero yo soy libre! No tengo porqué estar encerrado aquí. Soy libre, tú no tienes derecho de chantajearme, o controlar mi vida a tu antojo.
—Eso no es lo que yo quiero, Gian. Pero comprende que tú eres una persona clave en nuestra sociedad. Sabes secretos del refugio, que solo yo conozco, y que nos pondrían a todos en peligro, si alguien más los descubre.
—¿Por qué entonces tú puedes estar libre? Sería más peligroso que te secuestraran a ti, o a tu mujer.
—No estamos hablando de eso —pronunció serio el moreno.
—Tienes razón, estamos hablando de tu egoísmo.

-o-o-o-o-

—Ella está muy triste —murmuró preocupada.
—Ya se le pasará.
—¿Crees que todos son como tú, Adam? Se acaba de ir la persona que ama, y demasiado lejos. ¿Cómo crees que lo superará?
—Cuando conozca a otra persona, lo superará.
—¿Eso hiciste conmigo?
—¿Qué?
—¿Me usas a mi para superar a Julia?
Rodó los ojos, y se inclinó hacia la izquierda, para poder ver la televisión que Laura le estaba tapando.
Lo miró molesta, y se giró tocando la pantalla, apagándola.
—¿Qué haces? Ese programa estaba interesante.
—Me importa un diablo ese puto programa. Te hice una pregunta importante.
—Mira, Laura —le dijo serio—. Así como tú dijiste que te ayudé a dejar tus traumas, y a tu ex atrás, tú hiciste lo mismo conmigo. Y no sé porqué ahora debes meter a Julia en todo. Es parte de mi pasado, no lo puedo cambiar. Si yo la dejé atrás, tu deberías hacer lo mismo.
—Eres un imbécil.
—¿Por decirte la verdad?
—No, por ser un maldito insensible —pronunció en un tono tembloroso de voz, antes de intentar irse.
Se levantó, y la tomó del brazo, jalándola hacia él, y abrazándola de forma posesiva.
—Lo siento.
—No, eso no sirve —le dijo forcejeando, intentando soltarse.
—Es que no entiendo como puedes tener celos, de alguien que no existe.
—Porque te quiero, estúpido insensible. ¿Tan difícil te es entenderlo?
Abrió sus ojos sorprendido, y la giró, para que lo mirara.
—¿Me quieres?
—Déjame Adam, hablas y lo arruinas.
Sonrió y la besó, tomándola del rostro con una de sus manos.
Tan difícil se le hacía aceptar lo que sentía, ¿Qué hasta insultarlo debía? Laura era muy complicada, y cada día se lo demostraba más.
La recostó sobre la cama, y se subió sobre ella, lamiendo su labio inferior, pidiéndole permiso para probar su boca.
Le demostraría que él también la quería, que Julia... Sólo era parte de su pasado, nada más.

-o-o-o-o-

—Días después—

Luego de estar viviendo dos días en el refugio, había podido conseguir la localización de las unidades sintéticas.
Tomó el pequeño frasco que Julia le había dado, al estar frente a la casa de ellos, y lo guardó dentro de su pantalón.
Había decidido no avisarle nada aún a ella. Primero quería saber a que se estaba enfrentando.
Observó que en el jardín delantero, dos jovencitas estaban sentadas bajo un gran árbol, jugando con un pequeño cachorro.
Y allí estaba la hija de Julia, increíble que esa tierna señorita, fuera tan peligrosa como su compañera lo había advertido.
Caminó hasta los grandes portones negros, y golpeó sus manos, captando la atención de ambas chicas.
—Hola, ¿Lo puedo ayudar en algo? —preguntó Eva acercándose a él.
—Sí, a ti te estaba buscando.
—¿A mí? ¿Nos conocemos?
—No aún.
Verónica lo observó con desconfianza, y se fue rápidamente a buscar a Laura y Adam.
—¿Quién eres? —preguntó confundida.
—Mi nombre es Máximo Metzler. Soy un androide creado hace dos años. He perdido a mi creadora, la mujer que amo, quien le dio sentido a mi vida. Y me dijeron que tú, podrías ayudarme a recuperarla.
—¿Cómo?
—Tu sangre tiene la particularidad de regenerar los tejidos.
—Pero... Yo no sé si pueda regenerar el tejido de un androide.
—Ella es una humana. Y se enfermó gravemente, al internar transformarse.
—¿En qué? ¿Por qué ella haría eso?
—En un androide, más bien, un cyborg. Y lo hizo porque quería vivir su vida conmigo, sabiendo que su frágil existencia como humana, nos separaría.
—¿Quién te contó lo que soy capaz de hacer?
—Tu madre.
—¿Q-Qué? —jadeó aturdida.
—Conozco a Julia, ella me habló de ti y Adam.

...

Synthetic's boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora