AÑO NUEVO, VIDA NUEVA

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La vida de Adam, desde que había ocupado el puesto mayor en uno de los distritos del refugio de Noah, era una completa flojera. Al ser el líder, lo único que hacía todo el día, era estar acostado, viendo películas, o simplemente durmiendo. Tanto en su casa, como en el trabajo.

A menos que estuviera con Laura, ahí si cambiaba todo. Pero como la morena había tomado un trabajo, básicamente para que Adam no estuviera las veinticuatro horas del día acosándola para tener sexo, a la primera unidad sintética no le quedaba más que comer, o perder el tiempo.

Cómo en ese momento, que había salido temprano de su trabajo, ahora que tenía un joven secretario androide trabajando para él.

Estaba acostado en el sofá, comiéndose una quinta hamburguesa con papas, cuando su linda mujer entró a la casa, con una gran sonrisa.

—¿Por qué tan feliz? —sonrió recibiendo el beso de ella, que se sentó a su lado.

—Yo, ay, no sé cómo decirlo —sonrió ampliamente, luciendo emocionada, ansiosa.

—Pues sólo dilo —le dijo con obviedad, dándole una mordida a su sexta hamburguesas.

—Okay —respiró profundo varias veces, cerrando los ojos, para intentar calmar su ansiedad.

Adam la miró divertido ¿Qué demonios le pasaba? ¿La habían ascendido? ¿Era eso? Se inquirió tomando la soda.

—¡Estoy embarazada! —exclamó.

Al escuchar aquello, la soda salió de su nariz, comenzando a toser, ahogándose con el líquido que se le había ido a las vías respiratorias.

—A-Adam, amor ¿Estás bien? —le dijo preocupada, golpeándola la espalda.

—P-Pe-Pero ¿Qué? ¿C-Cómo? —le preguntó aturdido, sintiendo que el hambre había desaparecido.

Y eso era algo que no cualquier noticia podía quitar.

—Mira esto —pronunció emocionada a más no poder, enseñándole una ecografía 4D, donde se veía a un feto de casi once semanas.

—Oh no, no puede ser... Si estás embarazada —murmuró mirando la imagen, y luego su vientre.

Se pasó una mano por cabello, y se recostó hacia atrás en el sofá.

—Ey, creí que reaccionarias de otro modo —le dijo desilusionada—. No esperé que saltaras de la alegría, pero al menos... Un beso.

Respiró profundo, y la miró a los ojos.

—Es que no me siento preparado, Laura.

—Llevamos juntos décadas ¿Cuánto más querías posponer un bebé?

—... ¿Para siempre?

Laura negó con la cabeza, y guardó la ecografía.

—Perfecto entonces —le dijo poniéndose de pie.

—¿Te lo quitarás?

Apretó sus puños con rabia, y tomó lo primero que estuvo cerca de sus manos, una figura de cerámica de un dragón sobre la mesa, y se la arrojó al pecho con fuerza.

—Imbécil —masculló yéndose a su habitación.

Adam se sobó la zona del golpe, y luego suspiró, acariciando al dragón que no se había roto.

—Tendría que haber aceptado la castración química, o hacerme una vasectomía... O seguir follando como mujeres. Sí, eso hubiera sido mejor —murmuró desanimado.

El realmente no quería un bebé, era feliz siendo sólo Laura y él. Cerró los ojos, y se puso de pie, bufando mientras iba hacia su habitación.

Synthetic's boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora