Capítulo 4| Distintos

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-Wow, realmente tienes hambre-se rió.

-Llevo tres días sin comer bien, April-contesté mientras cogía la bandeja con mi desayuno-¿Donde nos sentamos?-dije mirando todas las mesas.

-Ahí-señaló la mesa donde estaba el mismo chico de antes, junto a otro chico más-Ahí están mis amigos.

-¿Ese de ahí es tu amigo?-pregunté señalando con la cabeza al castaño.

-¿Noah? Sí. Es el mejor-sonrió.

Sólo esperaba que el chico fuera respetuoso y no leyera mi mente.

-Hey-saludó la pelirroja dejando su bandeja en la mesa y sentándose. La imité sentándome enfrente del tal Noah y al lado del otro chico-Os presento a la nueva, Reese Haynes.

Ambos chicos me miraron sorprendidos.

-¿Haynes?¿La hija de...?-comenzó a preguntar el chico rubio.

-Sí-le cortó April. Me miró sonriente-Éste es Malcolm Spencer-señaló al chico que tenía al lado. Sus ojos azules no dejaban de mirarme con curiosidad-Y éste de aquí, como ya te conté, es Noah Ross.

-Encantado-respondió Malcolm con una sonrisa agradable.

Sonreí de vuelta.

-Te vi ésta mañana-comentó Noah cruzándose de brazos. Sonrió con diversión-Supongo que di mala impresión.

-Supones bien-dijo Malcolm rodando los ojos-Si no hubieras usado la telepatía conmigo, no se hubiera armado todo ese escándalo.

-¡Lo hice sin querer!-se defendió Noah enfadado.

-Noah, no es la primera vez-dijo April suspirando y dando un sorbo a su café.

-¿Cómo sabéis si él hizo uso de sus poderes?-pregunté con interés.

Los tres pares de ojos centraron su atención en mí.

-Cuando lo hace, sus ojos se transforman en amarillos-explicó April.

-¿A todos se nos cambian el color de los ojos?

-Depende-prosiguió Malcom-Hay inefables que se les iluminan los ojos, y otros que no. En el caso de April, se le transforman en dorados intensos, mis ojos en azules más oscuros y brillantes que los que tengo ahora, y a Sean se le transforman en rojos, a Lauren en verdes intensos, a Luke en violetas...

-¿Quién es Sean?-le interrumpí.

-Es uno de los inefables especiales. Tiene piroquinesis y trabaja en el CDI-respondió Noah-Él no nació siendo inefable. A él le convirtieron en uno.

-¿Cómo fue que...?

-Oye-me llamó April-Come ya, que se te va a enfriar. ¿No que te morías de hambre?

Mi estómago, curiosamente, volvió a rugir. Me sonrojé y oí a Noah reírse.

Comencé a comer con rapidez, disfrutando del sabor que aparecía en mi boca tras cada bocado. Los tres me miraron asombrados mientras, sin parar ni un segundo, daba mordiscos cada dos por tres.

-¿Gué?-pregunté con la boca llena.

-Nada-respondieron los tres a la vez.

Los minutos trascurrieron tranquilos. April comía distraída mirando un punto fijo, y Malcolm y Noah se encontraban hablando sobre qué será de las próximas pruebas. Sentí ganas de preguntar sobre aquello, pero decidí dejarlo para después del desayuno. Cuando finalicé mi desayuno, me dirigí al mostrador para coger una botella de agua. Me moría de sed. Al girarme, me choqué contra un cuerpo duro.

-Perdón-me disculpé mirándole a los ojos.

El chico me sonrió con dulzura.

-No te preocupes-respondió y se marchó.

Me quedé embobada analizándole por completo. Era alto, con el cabello oscuro, los ojos marrones, la piel morena, y se veía musculoso. Ver chicos así de guapos, alegraba la vista.

En cuanto desvié mi atención hacia la mesa, me topé con las miradas de mis nuevos amigos.

-¿Qué pasa?-pregunté nerviosa. Me incomodaba que la gente me mirara con tanta intensidad.

-Nada, no te preocupes-habló April.

Asentí con la cabeza mientras me sentaba. Abrí la botella de agua, y le di un largo y liberador trago. En cuanto acabé, me relamí los labios y me limpié la boca con las manos. Miré a Malcom.

-¿Cuál es tu poder, por cierto?-sentí intriga por él.

-Electroquinesis.

Sonreí ante eso.

Nuestro mundo era tan grande y con tantas diferencias que era imposible no sentir fascinación por lo nuevo.

Quizás por eso nos llamaban inefables.

Porque éramos la novedad más fascinante del siglo XXI.

INEFABLE © 2018 (sin editar)Where stories live. Discover now