Lost City. Mi Nueva Vida.

3.

Capitulo 3. Feliz cumpleaños Draco. Parte III

Hermione estaba a punto de hacer un hoyo en su habitación mientras sus padres, solo la veían con un poco de temor en sus rostros. Ambos eran consientes del explosivo temperamento de su hija. Mirándose entre si, buscaron las palabras para calmarla.

—No creo que quiera hacerte daño, el ministerio no lo permitiría.

—No mamá, ese no es el problema. Sé que no intentará hacerme nada, pero el malestar surge de su indeseable presencia. Este es mi hogar fuera de Hogwarts. No quiero que venga a arruinarlo también.

—No lo hará, cariño, seguramente solo estaba de paso, personas así no se quedarían mucho tiempo entre nosotros. Trata de despejarte, sácalo de tu mente. —sugirió el señor Granger. —La premiación fue todo un éxito. No dejes que esa felicidad se nuble por un suceso sin importancia.

—Tienes razón. Creo que le escribiré a Harry.

—Mucho mejor. Solo no tardes, queremos ir a dar la bienvenida a los nuevos vecinos.

—Estaré lista en un rato.

Hermione sacó de un cajón de su escritorio un botecito de tinta y una larga pluma gris con la que comenzó a escribir. Quería contarle a Harry lo bien que había ido la premiación y lo agradecida que estaba de que le hubiera presentado a Rowling.

~¡Oh Harry! Ella es increíble. Tan solo de platicar un par de horas, pude apreciar su gran talento. Te agradezco mucho que le hayas hablado de mí. Te debo una.
Por otro lado me gustaría verte. No sabes cuánto te extraño, estoy tan ansiosa de que estemos juntos, Ron, tú y yo, igual que antes de que todo pasara.
Espero que hayas decidido vivir un tiempo en la madriguera, sé que estabas cómodo en Las Tres Escobas y en verdad agradezco mucho eso, ya que ahí conociste a Rowling, pero la madriguera es un lugar más cálido para ti.
Te quiero Harry.
Con cariño Hermione.~

A la castaña le hubiera gustado contarle a Harry de su encuentro con Malfoy, pero seguramente se llevaría más de tres hojas entre divagaciones sobre su presencia y no quería aturdir al ya cansado Harry Potter que se merecía un período largo de paz y felicidad.

Envolvió la carta y la puso aún lado para escribir a Ron, aunque esperaba que Harry ya estuviera con él.

~Hola Ronald.
Espero que te encuentres bien y que el berrinche se te haya pasado ya.
He estado pensando mucho en ustedes, le mando saludos a toda tú familia, los extraño. Espero pronto verlos.
En realidad se me ha hecho muy aburrido estar aquí. No poder usar tanto la magia como allá, se vuelve tedioso con el paso de los días.
Tal vez la próxima vez que nos veamos, podamos hablar mejor.
Un abrazo
Hermione.~

Su carta para Ron no podía ser más seca. No sabía porqué, pero desde la última vez que habían hablado, su manera de dirigirse a él, cambió. Aún recordaba su última pelea y no encontraba la manera de solucionar aquello pronto.

—¿Lista hija?— sus padres llevaban entre las manos una tarta de fresa y un folder con las obligaciones que todos los condóminos debían seguir, para tener una buena convivencia.

—Si, ya los alcanzo— Hermione saco a su pequeña lechuza café de la jaula y le entregó los sobres en el pico.— Son para Harry y para Ron —le indicó, abriendo la ventana para dejar salir al ave.