Capítulo 17. Corazones al alba

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Camila


Ella dijo que estaba enamorada de mí y luego había huido, pero sentí aquella noche como si su corazón se hubiese quedado conmigo... Recordaba sus ojos inundados, su mirada era transparente, tan clara como la luz de aquella luna, yo me estremecí, supe que no la conocía, sólo me había empeñado en hacerme una imagen que reuniera todos sus defectos, pero a quién vi ese día, fue una Lauren que nunca había visto antes... Sin embargo no tuve el valor para detenerla, quería inundar mi pecho con la sinceridad de sus palabras, quería escuchar nuevamente aquello que ella había sentenciado como su verdad, era como si lo necesitara.

-Camila. – Escuché la voz de Verónica que irrumpía mis cavilaciones, su semblante era diferente, entonces supe que algo estaba pasando. – Acaba de llamar Lucía, dice que el padre de Lauren ha muerto.

La noticia no me la esperaba, estaba enterada de que Michael Jauregui sufría un terrible cáncer, pero Lauren siempre hablaba de su constante tratamiento y yo cada vez que lo tuve de frente me parecía un hombre fuerte y saludable, sin embargo hacía más de un mes que no estuve en su presencia, pude entonces deducir que había padecido una fuerte recaída. No tenía una mala imagen de Michael, aunque fueron pocas las palabras que intercambiamos, siempre me pareció muy sobrio y amable, pero Lauren en cambio siempre hablaba de él como si estuviera herida y le guardara cierto resentimiento, la historia de ambos era desconocida para mí... me preguntaba entonces ¿Cómo se sentiría ella? ¿Acaso le sería indiferente su muerte o estaría en su lugar destrozada?

-Y... ¿Cómo está Lauren? – Pregunté finalmente, de hecho no la había visto en días por la universidad ahora sabía la razón.

-Nadie sabe dónde está, Lucía también ha tratado de localizarla, el resto de su familia se encuentra en Miami...

Lauren había desaparecido nuevamente... yo sentía que no podía dejarle de esa manera, entonces me decidí a encontrarla. Marqué el número a la aerolínea que usualmente tomaba haciéndome pasar por su esposa, pero no me confirmaron que hubiese salido de la ciudad, aunque si ella quisiera desaparecer seguro asumiría demasiadas precauciones, no lo haría a través de los medios de siempre. Me fui hasta la casa de la familia Jauregui, el personal del servicio de inmediato me negó el acceso ya que ningún miembro de la familia se encontraba, sin embargo me tomó un tiempo en convencerlos de que había dejado algo personal en el despacho de Lauren, después de casi suplicar me permitieron pasar. "El santuario" como era conocido aquella habitación, lucía como nunca antes lo había visto, un cúmulo de papeles se esparcía sobre el suelo, uno de los cristales de la ventana estaba hecho pedazos y la fuerte brisa había hecho de las suyas con las hojas sueltas sobre el escritorio, en la esquina estaba una botella de whisky que vertía su contenido sobre otras carpetas, me pregunté de inmediato por qué nadie había organizado semejante desastre... Nada en aquella habitación daba una pista de donde podría encontrarse, finalmente me di por vencida dejándome caer sobre el diván en donde me fue envolviendo un profundo y tranquilo sueño mientras empezaba a creer que no la encontraría ese día...

-Camila. – Escuché la apacible voz de Lauren que me sacudía levemente, me desperté algo confundida, pero de inmediato pude recordar donde estaba, sus ojos verdes me miraban vacilantes. - ¿Qué haces aquí? – indagó.

-Creí que podía encontrarte, nadie daba razones de ti, fue entonces cuando recordé lo del pasaje secreto, "la puerta detrás del espejo" – Contesté señalando un enorme espejo que había al lado del mueble de la biblioteca, ella siguió mi mirada y se puso enfrente contemplando su imagen, yo me paré a su izquierda y pude ver en el reflejo su risa reprimida seguida por un resoplido, fruncí el ceño. – ¿Qué sucede?

-Tienes demasiada imaginación, yo hablaba metafóricamente, la puerta detrás del espejo... me refería a lo que veo a través de mi reflejo, es completamente diferente, es el revés, lo que hay por dentro, ¿entiendes? pero eso sólo puedo saberlo yo, tú ya te hiciste tu propia opinión. – Me explicó y de inmediato me dio la espalda.

No quiero ser tu esposa (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora