Capítulo 2. Malas intenciones

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Lauren


"¿Qué yo estaba enamorada en secreto?" La frase de mi mejor amiga me había mantenido en un estado de distracción aguda durante el resto del día, bueno, cabe decir que ya no era un secreto, si ella lo había notado. La cuestión era que: YO tenía un pequeño y nuevo problema, es cierto, debo admitirlo, no me hubiese enterado que tenía un tonto enamoramiento si Lucía no me lo hubiese advertido. Entonces si la vi-den-te de Lucía Vives lo había descubierto por sus propios méritos, y nadie que yo conociera era tan sagaz como ella, muy posiblemente mi secreto-no-secreto aún era un secreto.

-¿Lauren? Hey Lauren... ¡Lauren Jauregui!

Lauren Jauregui, sí, ese es mi nombre, admito que cierta gente piensa que soy... "muchas cosas", pero en realidad, la única persona que me conoce y quién podría juzgarme objetivamente es sin duda alguna mi mejor amiga, yo no era la típica estudiante promedio ¿normal? Bueno, nadie es normal para ser sincera, simplemente somos diferentes. Lo que sí era, era la chica que se había acostumbrado a crecer entre las mentiras.

-¿Eh? – Fue todo lo que logré articular después de haber sido sacada abruptamente de mis pensamientos, los cuales se estaban convirtiendo absurdamente caóticos.

-Hoy es de esos días en los que mantienes baja la guardia. – Comentó mi amiga mientras recogía los libros sobre el escritorio, la clase había culminado y yo apenas me enteraba. – Espera. – Dijo deteniéndose en seco. – No me digas que no has podido superar mi "asombrosa" revelación.

-Antes, permíteme decir que tu "asombrosa" revelación no tiene nada de asombrosa. – Le dije bastante convencida.

-Eso fue precisamente lo que quise decir hace un momento, pero no me sorprende que no lo hayas captado. – Habló haciendo un gesto de impaciencia, Yo la miré desconcertada. – Últimamente eres una idiota.

-Hey... te aprovechas de mis días malos. – Advertí con descuido mientras observaba detenidamente mis zapatos, sabiendo que el fondo sus palabras tenían algo de razón, desconocía ese porcentaje, pero sabía que no era inexistente.

-¿Lo ves? Estás enamorada, Jauregui. – Se burló tomando mi mano y arrastrándome hasta la cafetería.

¿De repente ser idiota de tiempo completo es un síntoma de enamoramiento? Lo he pensado con minuciosidad y aún no he llegado a una conclusión convincente.

-¿Sabes? He estado pensando que si nunca he tenido un enamoramiento con alguien, ¿cómo diablos voy a saber si está sucediendo justo ahora?

-Vale, enamorada es una exageración, pero si estás así por un chica deberías prestar más atención, nunca te veo animada con las que sales, pareciera que todas te dieran igual, no me digas que todavía sales con esas chicas sólo por arrebatárselas a Austin... – Mi amiga me miró suspicazmente y yo me encogí de hombros. – Eres un caso perdido y una desgraciada por jugar con los sentimientos de los demás. – Me regañó.

-Por favor Lucía, sabes bien que ellas también me utilizan, no soy más que una especie de trofeo a la que pueden ir por ahí exhibiendo... ninguna me ha querido realmente.

-¡Jo! Resulta que ahora tú eres la víctima. – Se rió con sarcasmo, yo la fulminé con la mirada.

-Aunque tengo que confesarte que sí hay una chica que ha conquistado mi corazón. – Empecé a hablar con seriedad, ella me miró esperanzada de que hubiese sentado cabeza, estaba esperando mi respuesta cuando contesté. – Tú. – E inmediatamente estallé en carcajadas, Lucía se enojó y me lanzó un débil puño en mi brazo que apenas sentí. -¡Vamos! Es verdad, eres la persona que más aprecio en esta universidad, la única que me conoce y sabe que no soy tan mala gente como dicen por ahí y la única que no le puedo hacer cambiar de parecer sobre su sexualidad. – Le guiñé un ojo y ella sonrió, aunque realmente nunca había visto a mi amiga como algo más allá, estaba casi segura que era heterosexual hasta ese momento.

No quiero ser tu esposa (Camren)Where stories live. Discover now