Mis ojos se iluminaron. ¿Qué sería?

Se me hizo agua la boca al pensar que tal vez Camila tenía alguna golosina y entre más segundos pasaban, más deliciosos bocadillos pasaban por mi cabeza. Pero lo que Camila iba a regalarme sería mil veces mejor que un dulce o un pastelillo, y aunque en ese momento yo no lo entendería, años más tarde me sentiría afortunada de tenerlo.

Camila puso la palma de una de sus manos sobre el lado izquierdo de mi pecho, y con su mano libre llevó una de las mías al lado izquierdo del suyo.

Las mejillas me dieron cosquillas y ladeé la cabeza sin entender.

"¿Cuál es mi regalo?" Pregunté curiosa.

"Mi corazón." Dijo Camila.

Me sentí decepcionada. ¿Yo para qué quería su corazón? Además lo tenía adentro del cuerpo, y lo necesitaba para vivir... ¿Cómo se lo iba a quitar?

"No quiero tu corazón." Le respondí. "No puedo hacer nada con él, y si me lo quedo yo te puedes morir."

"Tú eres una niña muuuuy tonta." Se burló ella y yo me molesté. Quise apartar mi mano, pero ella no me dejó. "Pero aún así, te lo voy a dar a ti."

"¿Por qué?" Pregunté.

"Porque con esos ojotes tan bonitos seguro que no lo pierdes de vista." Me respondió. Y al quedarme callada se rió de nuevo.

"No te burles de mí."

"Es que eres muy chistosa." Se excusó. "Y muy aburrida. Puedes hacer muchas cosas con mi corazón."

"¿Cómo qué?" Pregunté. Pues la verdad no se me ocurría gran cosa.

"Puedes traerlo de paseo a la playa." Dijo ella. "O puedes llevártelo de viaje." Agregó con su vocecita dulce. "O puedes dejarlo aquí, muy cerca del tuyo." Continuó presionando mi pecho con la punta de su índice. "Y puedes quedártelo para siempre si quieres."

Para mí, nada de lo que ella decía tenía sentido, pero parecía estar muy alegre y yo me lo había pasado bien jugando con ella así que... ¿Quién era yo para rechazar su corazón?

"Bueno... Me lo quedo." Dije encongiéndome de hombros. "¿Gracias?" Murmuré al final con un poco de duda. Eso se dice cuando alguien te regala algo... Aunque sea invisible y al parecer no sirva para nada.

De nuevo quise apartar mi mano. Pero ella otra vez no me dejó.

"Ahora yo quiero el tuyo." Me dijo.

"¿Mi qué?" Pregunté perdida. No era precisamente una niña con el don de la concentración.

"Tu corazón Lolo. ¿Por qué eres tan torpe?" Se rió de mí de nuevo.

"¿Para qué lo quieres?" Le pregunté. ¿Qué haría esa niña con mi corazón? Incluso cuando era imposible que se lo diera físicamente, me daba miedo los planes que Camila pudiera tener para él.

"Si yo tuviera tu corazón, lo cuidaría todos los días. Y si estuviera lastimado le curaría todas las heridas. Si tuviera tu corazón sería para hacerlo feliz... Y si tuviera tu corazón, sería para que estuviera siempre cerca del mío."

De nuevo sonreí. No la entendía para nada, ella no era una niña normal como pensé al principio y aunque no tenía ni idea de lo que su intercambio de corazones significaba. Lo acepté.

"Entonces puedes tener mi corazón." Le dije y me asusté cuando de pronto, ella dio un salto de alegría.

"¡¡MAMÁ, LOLO ME DIO SU CORAZÓN!!" Gritó a todo pulmón.

One Shots - CamrenWhere stories live. Discover now